Habacuc 1:9 - La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ Todos ellos vienen en son de violencia. Sus rostros están fijos hacia el viento del oriente, y recogen cautivos como arena.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁹ Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá cautivos como arena.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ »Vienen sin tregua, decididos a la violencia. Sus multitudes avanzan como el viento del desierto, barriendo cautivos a su paso como si fueran arena.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ sus jinetes galopan y vienen desde lejos, vuelan como el águila que se precipita sobre su presa. Se lanzan juntos al asalto, sin mirar más que a su presa, y amontonan los cautivos como arena.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ Vienen todos para hacer violencia, con rostros ardientes como viento solano, amontonan cautivos como arena.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁹ Toda ella vendrá a la presa; sus rostros hacia adelante como el viento solano; y recogerá cautivos como arena.

Habacuc 1:9 Referans Kwoze

Génesis 41:49

José también almacenó grano como la arena del mar, mucho en extremo, hasta que dejó de contarlo, pues era sin número.

2 Reyes 12:17

En aquel tiempo Hazael, rey de Siria, subió y luchó contra Gat, y la conquistó. Y Hazael se dispuso° subir contra Jerusalem.

Job 29:18

Me decía: En mi nido moriré, Y como la arena multiplicaré mis días.

Salmos 139:18

Si los enumero, se multiplican más que la arena. Despierto, y aún estoy contigo.

Isaías 27:8

Antes, al enviarla lejos, contendiste con ella con moderación; Con su viento recio la apartó en día de solano.

Jeremías 15:8

Sus viudas me serán más que la arena del mar; Traeré contra madres e hijos al devastador, Que devastará en pleno día, Y súbitamente haré caer sobre ellos la angustia y el espanto.

Jeremías 25:9

Yo mandaré por los pueblos del norte y por Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo mío, dice YHVH, y los traeré contra esta tierra, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de alrededor, y los consagraré al exterminio, y los convertiré en objeto de espanto, burla, y desolación perpetua.

Jeremías 34:22

Yo lo he ordenado, dice YHVH, y los haré volver a esta ciudad, para que peleen contra ella y la conquisten, y le prendan fuego. Y haré que las ciudades de Judá queden desoladas y sin habitantes.

Jeremías 4:11

En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalem: Un viento abrasador viene de las alturas del desierto a la hija de mi pueblo, No para aventar ni para limpiar;

Jeremías 4:7

De la espesura sube el león,° El destructor de naciones está en marcha, Partió de su lugar para convertir tu tierra en desolación; Tus ciudades quedarán en ruinas, sin habitantes.

Ezequiel 17:10

Mirad, ya está plantada, ¿lo logrará? O, ¿se secará cuando la azote el solano? ¿Se agostará en los surcos donde germinó?°

Ezequiel 19:12

Pero fue arrancada con furia, Y por tierra ha sido echada; El solano secó su fruto; Sus fuertes ramas fueron quebradas, Se secaron, y las consumió el fuego.

Daniel 11:17

Luego dirigirá su mira para apoderarse de todo su reino, y hará convenios con él, y le dará su hija por mujer para destruirlo, pero ello no tendrá éxito, ni ella permanecerá de su parte.

Oseas 1:10

°Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar.° Y sucederá que donde se les haya dicho: Vosotros no sois mi pueblo; se les dirá: Hijos del Dios viviente.

Oseas 13:15

Aunque él sea el más fecundo entre sus hermanos, Vendrá el solano,° como soplo de YHVH que sube del desierto, Y su manantial se secará, y se agotará su fuente. Él saqueará el tesoro de todos sus objetos preciosos.°

Habacuc 1:17

¿Seguirá vaciando sin cesar su red? ¿Seguirá aniquilando sin piedad a las naciones?

Habacuc 1:6

He aquí levanto a los caldeos, pueblo cruel e impetuoso que marcha por la anchura de la tierra conquistando poblaciones ajenas.

Romanos 9:27

También Isaías clama con respecto a Israel: Aunque° el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, sólo° el remanente será salvo.

Jueces 7:12

Y Madián y Amalec, con todos los orientales, estaban esparcidos por el valle como multitud de langostas, y sus camellos eran incontables como la arena que está a la orilla del mar.