Y en el año segundo de su llegada a la Casa de Dios en Jerusalem, en el mes segundo,° comenzaron° Zorobabel ben Salatiel, y Jesúa ben Josadac, y el resto de sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían regresado de la cautividad a Jerusalem, y designaron a los levitas de veinte años arriba para dirigir las obras de la Casa de YHVH.
Y tan pronto como la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y del secretario Simsai, y de sus compañeros, se presentaron apresuradamente en Jerusalem ante los judíos, y los obligaron a cesar la obra mediante el poder y la fuerza.
Entonces los profetas Hageo y Zacarías bar Iddo profetizaron a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalem en nombre del Dios de Israel, quien estaba con ellos.
Pero la mirada de Dios estaba sobre los ancianos judíos, y no los obligaron a interrumpir el trabajo hasta que el asunto fuera a Darío y éste diera instrucciones por carta.
Y los ancianos judíos construyeron y prosperaron, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías bar Iddo. Y terminaron la edificación conforme al mandato del Dios de Israel, y al edicto de Ciro, al de Darío, y al de Artajerjes rey de Persia.
Porque ellos querían atemorizarnos, pensando que nuestras manos estarían debilitadas por la obra y que desistiríamos de ella. Pero ahora, ¡fortalece Tú mis manos!°
Y ahora te anunciaré la verdad: He aquí que se levantarán todavía tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos ellos, y cuando se haya hecho fuerte por medio de sus riquezas, agitará a todos contra el reino de Grecia.
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y reedificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas. Se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
El año segundo del reinado de Darío, en el mes sexto,° el primer día del mes, llegó la palabra de YHVH a Zorobabel° ben Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué° ben Josadac, sumo sacerdote, por medio del profeta Hageo, diciendo:
Considerad pues desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno, a partir del día en que se echaron los cimientos de la Casa de YHVH, consideradlo: