Pero Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos consagrados que habían ofrecido sus padres Josafat, Joram y Ocozías, reyes de Judá, y sus propios objetos consagrados, y todo el oro que se encontraba en los tesoros de la Casa de YHVH y en la casa real, y lo envió a Hazael rey de Siria, el cual se retiró de Jerusalem.
Y abandonaron la Casa de YHVH, Dios de sus padres, y sirvieron a los árboles rituales de Asera° y a los ídolos; y a causa de su culpa, la ira° cayó sobre Judá y Jerusalem.
Pero, si el justo se aparta de su justicia, y comete iniquidad, y hace conforme a todas las abominaciones que hace el impío, ¿ha de vivir? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta. Por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá.
Y a aquellos impíos violadores del pacto los inducirá en la apostasía por medio de halagos, pero el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.
Porque yo conozco tus rebeliones y tu dura cerviz. He aquí, estando yo aún vivo con vosotros, habéis sido rebeldes a YHVH, ¿cuánto más después de mi muerte?