Ester 4:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Cuando Mardoqueo supo todo lo que estaba ocurriendo, rasgó sus vestiduras, se vistió de sayal, se cubrió de ceniza y salió por toda la ciudad, clamando con grandes y amargos clamores,

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹ Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Cuando Mardoqueo se enteró de todo lo que había ocurrido, se rasgó su ropa, se vistió de tela áspera, se arrojó ceniza y salió por la ciudad llorando a gritos con un amargo lamento.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Al enterarse Mardoqueo de esas determinaciones rasgó su ropa, se puso un saco y se cubrió de ceniza, luego salió a recorrer la ciudad lanzando gritos desgarradores.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Mardoqueo supo todo lo que se había hecho. Entonces Mardoqueo rasgó sus vestidos y se vistió de saco° y de ceniza, y entró al medio de la ciudad,° y allí clamó amargamente.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹ Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestiduras, y se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por medio de la ciudad clamando con grande y amargo clamor.

Ester 4:1 Referans Kwoze

Génesis 27:34

Al oír Esaú las palabras de su padre, lanzó un alarido muy fuerte y amargo, y le dijo: '¡Bendíceme también a mí, padre mío!'.

Génesis 37:34

Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se vistió de saco e hizo duelo por su hijo muchos días.

2 Samuel 1:11

David echó mano a sus vestidos y los rasgó; y lo mismo hicieron todos los que estaban con él.

2 Samuel 13:19

Tamar se echó ceniza sobre la cabeza y rasgó su larga túnica de mangas, se cubrió la cabeza con las manos y se fue dando gritos.

Ester 4:2

hasta llegar delante de la puerta del rey, pues nadie podía entrar por la puerta del rey vestido de sayal.

Ester 4:3

En cada una de las provincias, allí donde llegaban la orden y el decreto del rey, había entre los judíos gran duelo y ayuno y llanto y lamentaciones; y muchos se acostaban sobre sayal y ceniza.

Job 1:20

Entonces Job se levantó, rasgó sus vestiduras y se rasuró la cabeza. Luego, se echó en tierra, se postró

Job 2:8

Tomó Job un trozo de teja para rascarse y se recostó entre la basura.

Job 42:6

Por eso me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza'.

Isaías 15:4

Gritan Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oye su voz. Por eso claman los valientes de Moab, dentro de ellos se estremece su alma.

Isaías 22:4

Por eso digo: 'No me miréis, lloraré amargamente; no porfiéis en consolarme por la ruina de la hija de mi pueblo'.

Isaías 37:1

El rey Ezequías, al oírlo, rasgó sus vestiduras y, cubierto de saco, entró en el templo de Yahveh.

Isaías 37:2

Luego envió a Eliaquín, mayordomo de palacio, a Sebná, el secretario, y a los sacerdotes más ancianos, cubiertos de saco, al profeta Isaías, hijo de Amós.

Isaías 58:5

¿Es ése el ayuno que yo elegí para el día en que el hombre se mortifica? ¿Doblar la cabeza como un junco y hacer un lecho de saco o de ceniza? ¿A esto lo llamáis ayuno, día agradable a Yahveh?

Ezequiel 21:11

'Gime, pues, hijo de hombre; gime como quien tiene los riñones quebrantados y amargura en sus ojos.

Ezequiel 21:6

Me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:

Daniel 9:3

Volví mi rostro al Señor para dirigirle oraciones y súplicas, en ayuno, saco y ceniza.

Miqueas 1:8

Por esto me lamentaré y gemiré, andaré descalzo y desnudo; daré aullidos como de chacal, gemidos como de avestruz.

Sofonías 1:14

Se acerca el gran día de Yahveh, se acerca, se echa encima. El estruendo del día de Yahveh es horrible: en él pedirá auxilio hasta el guerrero.

Mateo 11:21

'¡Ay de ti, Corazaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque, si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, cubiertas de cilicio y en ceniza, se habrían convertido.

Hechos 14:14

Al oír esto, los apóstoles Bernabé y Pablo rasgaron sus vestiduras y se lanzaron a la multitud,

Josué 7:6

Entonces Josué rasgó sus vestiduras y cayó rostro en tierra ante el arca de Yahveh hasta el atardecer, junto con los ancianos de Israel, y esparcieron polvo sobre sus cabezas.

Apocalipsis 11:3

Yo encargaré a mis dos testigos que profeticen durante mil doscientos sesenta días, vestidos de sayal.