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Eclesiastés 12:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 cuando tiemblan los guardianes de la casa, cuando los robustos se encorvan, cuando las mujeres dejen la molienda porque la luz se debilita y se entenebrece en las ventanas,

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Biblia Reina Valera 1960

3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Acuérdate de él antes de que tus piernas —guardianas de tu casa— empiecen a temblar, y tus hombros —los guerreros fuertes— se encorven. Acuérdate de él antes de que tus dientes —esos pocos sirvientes que te quedan— dejen de moler, y tus pupilas —las que miran por las ventanas— ya no vean con claridad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Cuando tiemblen los guardias de la casa, y se encorven los porteros, cuando lo que queda de muelas deje de moler, y se queden ciegos los que miran detrás de las ventanas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 El día en que tiemblen los guardianes de la casa,° Y se encorven los hombres fuertes,° Y cesen las que muelen,° porque han disminuido, Y se enturbien las que miran por las celosías.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

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Eclesiastés 12:3
9 Referans Kwoze  

Con la vejez, se le nublaron a Isaac los ojos hasta quedarse sin vista. Llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: 'Hijo mío'. Él contestó: 'Aquí estoy'.


Los ojos de Israel se habían debilitado por la vejez y no podía ver. José se los acercó, y él los besó y abrazó.


al congregarse en uno los pueblos y los reinos para el servicio del Señor.


Cual por deudos y hermanos, andaba yo impaciente, como en duelo por la madre, triste y mustio.


Mis heridas están hediondas y ulcerosas, por culpa de mis yerros.


Así dice Yahveh Sebaot: ancianos y ancianas se sentarán de nuevo en las plazas de Jerusalén, cada cual con su bastón en la mano por causa de sus muchos años.


Cierto día Elí estaba ya acostado en su aposento. Sus ojos habían comenzado a debilitarse y no podía ver.


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