Salmos 102:8 - Nueva Biblia Española (1975)

⁸ Mis enemigos me insultan sin descanso, furiosos contra mí me maldicen.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Cada día me afrentan mis enemigos; Los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Mis enemigos se burlan de mí día tras día; se mofan de mí y me maldicen.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Todo el día me insultan mis enemigos, los que me adulan maldicen de mí.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Mis enemigos me afrentan cada día, Mis escarnecedores me maldicen.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ siempre en vela, como pájaro solitario sobre el techo.

Salmos 102:8 Referans Kwoze

Salmos 2:1

¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos planean fracasos?

Salmos 41:5

Mis enemigos me maldicen: '¡Cuándo se morirá y se acabará su apellido!'.

Salmos 55:3

Me turba la voz del enemigo, los gritos del malvado: descargan sobre mí calamidades y me atacan con furia;

Salmos 69:20

la afrenta me destroza el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la hay; consoladores, y no los encuentro.

Salmos 77:5

Repaso los tiempos antiguos, recuerdo los años remotos;

Salmos 89:51

cómo afrentan, Señor, tus enemigos, cómo afrentan las huellas de tu ungido. Bendito el Señor por siempre: amén, amén'.

Isaías 65:15

Legarán su nombre a mis elegidos como fórmula de imprecación. A ustedes el Señor les dará muerte, y a sus siervos les dará otro nombre.

Jeremías 29:22

Y darán origen a una maldición que se correrá entre todos los judíos desterrados en Babilonia: 'El Señor te trate como a Ajab y a Sedecías, a quienes asó el rey de Babilonia'.

Lucas 6:11

Ellos se pusieron furiosos y discutían qué podrían hacer con Jesús.

Hechos 26:11

Repetidas veces, recorriendo todas las sinagogas, siendo duro con ellos, intentaba hacerlos renegar; y mi furor llegó al extremo de perseguirlos incluso en las ciudades del extranjero.

Hechos 7:54

Oyendo sus palabras se recomían por dentro y rechinaban los dientes contra él.

Romanos 15:3

Tampoco el Mesías buscó su propia satisfacción; al contrario, como dice la Escritura: 'Las afrentas con que te afrentaban cayeron sobre mí”.