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Salmos 101:3 - Nueva Biblia Española (1975)

3 No quiero ocuparme de asuntos indignos, aborrezco las acciones criminales y no se me pegarán;

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Biblia Reina Valera 1960

3 No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Me negaré a mirar cualquier cosa vil o vulgar. Detesto a los que actúan de manera deshonesta; no tendré nada que ver con ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Nada tendré en vista que pueda ser malvado. Odio el proceder de los extraviados, no permitiré que se me pegue.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 No consideraré ningún asunto de Belial. Aborrezco la obra de los que se desvían,° no se me pegará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 No pondré por punto de mis miras un propósito infame; aborrezco que se tramen rebeliones: yo no me he de contagiar.

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Salmos 101:3
44 Referans Kwoze  

Yo hice un pacto con mis ojos de no fijarme en las doncellas


Detesto a los inconstantes y amo tu voluntad;


aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra;


y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los mande el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel!


Los odio con odio implacable, los tengo por enemigos.


Todos se extravían igualmente depravados, no hay uno que obre bien, ni uno solo.


Sus palabras son engaño y traición, renuncia a ser sensato y obrar bien;


Yo me dije: vigilaré mi proceder, para que no se me vaya la lengua; pondré una mordaza a mi boca mientras el malvado esté frente a mí.


Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor y no acude a los idólatras, que se extravían con engaños.


Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba y que compartía mi pan, es el primero en traicionarme.


Volvían a tentar a Dios, a irritar al Santo de Israel,


desertaron y traicionaron como sus padres, fallaron como un arco engañoso;


el Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados.


No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que sea de él.


Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: 'Este es tu Dios, Israel, el que té sacó de Egipto'.


Es hombre depravado y malvado el que emplea palabras tortuosas,


guiña el ojo, menea los pies y señala con el dedo;


que tu corazón no codicie la belleza ni te dejes atrapar por sus guiños;


(El respeto del Señor odia el mal). Yo detesto el orgullo y la soberbia, el mal camino y la boca falsa,


Más vale lo que ven los ojos que los deseos vagabundos. También esto es vanidad y caza de viento.


apártense del camino, retírense de la senda, dejen de ponernos delante al Santo de Israel.


El que procede con justicia, habla con rectitud y rehúsa el lucro de la opresión; el que sacude la mano rechazando el soborno y tapa su oído a propuestas sanguinarias; el que cierra los ojos para no complacerse en el mal,


Tú, en cambio, tienes ojos y corazón sólo para el lucro, para derramar sangre inocente, para el abuso y la opresión.


Codician campos y los roban, casas y las ocupan, oprimen al varón con su casa, al hombre con su heredad.


no tramar males unos contra otros, no aficionarse al perjurio. Que yo detesto todo eso -oráculo del Señor- .


Pues yo les digo: Todo el que mira a una mujer casada excitando su deseo por ella, ya ha cometido adulterio con ella en su interior.


El amor, sin ficciones: aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno.


Ahora que han reconocido a Dios, mejor dicho, que Dios los ha reconocido, ¿cómo se volverán de nuevo a esos elementos sin eficacia ni contenido? ¿Quieren ser sus esclavos otra vez como antes?


Que no se te pegue a las manos nada dedicado al exterminio. Así, el Señor renunciará a su cólera, te tratará con compasión y, compadecido, te hará crecer como prometió a tus padres.


Cuidado, no se te ocurra este pensamiento rastrero: 'Está cerca el año séptimo, año de remisión', y seas tacaño con tu hermano pobre y no le des nada, porque apelará al Señor contra ti, y resultarás culpable.


Y nosotros no somos de los que se echan atrás y perecen, sino hombres fieles que conservan la vida.


Anímense mucho a poner por obra todo lo prescrito en el libro de la Ley de Moisés, a no desviarse a derecha ni a izquierda,


Más les habría valido no conocer el camino de la rectitud que, después de conocerlo, volverse atrás del mandamiento santo que les transmitieron.


Aunque han salido de nuestro grupo, no eran de los nuestros; si hubieran sido de los nuestros se habrían quedado con nosotros, pero tenía que quedar claro que no todos son de los nuestros.


Samuel se entristeció y se pasó la noche gritando al Señor.


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