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Oseas 6:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Vamos a volver al Señor: él nos despedazó y nos sanará, nos hirió y nos vendará la herida.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 «Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió, pero ahora vendará nuestras heridas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Vengan, volvamos a Yavé; pues si él nos lesionó, él nos sanará; si él nos hirió, él vendará nuestras heridas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Venid, volvamos a YHVH! Porque Él desgarró, pero nos sanará; Él hirió, pero nos vendará la herida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Venid, volvamos a Yahveh: él nos desgarró, pero él nos curará; él nos hirió, pero él nos vendará.

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Oseas 6:1
36 Referans Kwoze  

Los mensajeros recorrieron todo Israel y Judá llevando las cartas del rey y de las autoridades, y pregonando por orden del rey: Israelitas, vuelvan al Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel, y el Señor volverá a estar con todos los supervivientes del poder de los reyes asirios.


su furor me ataca y me desgarra, rechina contra mí los dientes y aguza sus ojos hostiles;


si te vuelves al Todopoderoso, te restablecerá; aleja de tu tienda la injusticia,


Porque esté quieto, ¿podrá alguien condenarlo? Y si esconde su rostro, ¿quién podrá verlo? Vela sobre pueblos y hombres


porque él hiere y venda la herida, golpea y cura con su mano;


Señor, con tu favor me colocabas en una cima inexpugnable; pero escondiste tu rostro y quedé desconcertado.


Señor, no me reprendas con ira, no me corrijas con cólera;


Me hiciste pasar por peligros, muchos y graves; me harás revivir alzándome de las simas de la tierra;


tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir;


Aquel día el hombre se fijará en su Hacedor, sus ojos mirarán al Santo de Israel;


caminarán pueblos numerosos. Dirán: Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas, porque de Sión saldrá la ley; de Jerusalén, la palabra del Señor.


Tendrás por impuros tus ídolos chapeados de plata y tus estatuas revestidas de oro: las arrojarás como inmundicia, las tratarás como basura.


La luz de la Cándida será como la del Ardiente, la luz del Ardiente será siete veces más intensa, cuando el Señor vende la fractura a su pueblo y le cure la herida que le causó.


que el malvado abandone su camino y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.


Vuelvan, hijos apóstatas, y los curaré de su apostasía. Aquí estamos, hemos venido a ti, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.


Así dice el Señor: Tu fractura es incurable, tu herida está enconada,


Te devolveré la salud, te curaré las heridas -oráculo del Señor- . Te llamaban La Abandonada, Sión, por quien nadie pregunta.


Ahora vienen a pelear contra ella los caldeos, y a llenarla de cadáveres humanos; porque yo la herí con ira y cólera, oculté mi rostro a esta ciudad, por todas sus maldades.


Yo mismo le traeré restablecimiento y curación, y les revelaré un rebose de paz y de fidelidad.


En aquellos días y en aquella hora -oráculo del Señor- vendrán juntos israelitas y judíos, llorando y buscando al Señor, su Dios;


preguntan por Sión y allá se encaminan: 'Vamos a unirnos al Señor en alianza eterna, irrevocable'.


me ha cerrado el camino para despedazarme y me ha dejado inerte;


Irán detrás del Señor, que rugirá como león; sí, rugirá y vendrán temblando sus hijos desde occidente,


Y tú, conviértete a tu Dios, practica la lealtad y la justicia, espera siempre en tu Dios.


Conviértete, Israel, al Señor, tu Dios, que tropezaste en tu culpa.


Curaré su apostasía, los querré sin que lo merezcan, mi cólera ya se ha apartado de ellos.


(Después volverán a buscar los israelitas al Señor, su Dios, y a David, su rey, temblando acudirán al Señor y su riqueza, en un tiempo futuro).


Pero si el sacerdote entra, y al examinar la casa observa que no se ha extendido el mal después de haberla revocado, declarará pura la casa, porque el mal se ha curado.


¡Amontónense bien, pueblo despreciable!,


Pero ahora miren: yo soy yo, y no hay otro fuera de mi; yo doy la muerte y la vida, yo desgarro y yo curo, y no hay quien libre de mi mano.


El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta;


Samuel dijo a los israelitas: Si se convierten al Señor de todo corazón, quiten de en medio los dioses extranjeros, Baal y Astarté, permanezcan constantes con el Señor, sirviéndole sólo a él, y él los librará del poder filisteo.


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