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Nehemías 7:2 - Nueva Biblia Española (1975)

2 Puse al frente de Jerusalén a mi hermano Jananí, y a Ananías, jefe de la fortaleza, que era un hombre honrado y temeroso de Dios como pocos.

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Biblia Reina Valera 1960

2 mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén (porque este era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos);

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 A mi hermano Hananí le entregué la responsabilidad de gobernar Jerusalén junto con Hananías, el comandante de la fortaleza, porque era un hombre fiel que temía a Dios más que la mayoría.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Le encargué entonces a mi hermano Janani la administración de Jerusalén y entregué el mando de la fortaleza a Jananías, porque era un hombre de confianza que temía a Dios mucho más que los demás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Entonces puse al frente de Jerusalem a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la ciudadela, pues era un hombre leal y temía a Ha-’Elohim más que muchos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Puse al frente de Jerusalén a mi hermano Jananí; y como jefe de la ciudadela, a Jananías, porque era un hombre más fiel y más temeroso de Dios que muchos.

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Nehemías 7:2
21 Referans Kwoze  

Al tercer día, les dijo: Yo respeto a Dios; por eso harán lo siguiente y salvarán la vida:


Me dijo el Dios de Jacob, me habló la Roca de Israel: 'El que gobierna a los hombres con justicia, el que gobierna respetando a Dios,


Cuando yo me separe de ti, el espíritu del Señor te llevará no sé dónde: yo informo a Ajab, pero luego no te encuentra, y me mata. Y tu servidor respeta al Señor desde joven.


y Ajab llamó a Abdías, mayordomo de palacio (Abdías era muy religioso,


El mes de diciembre del año veinte me encontraba yo en la ciudadela de Susa cuando llegó mi hermano Jananí con unos hombres de Judá. Les pregunté por los judíos que se habían librado del destierro y por Jerusalén.


Puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al sacerdote Sadoc y al levita Fedayas, ayudados por Janán, hijo de Zacur, hijo de Matanías, que tenían fama de honrados; se encargaron de distribuir las porciones a sus hermanos.


Y una carta dirigida a Asaf, superintendente de los bosques reales, para que me suministren tablones para las puertas (de la ciudadela del templo), para el muro de la ciudad y para la casa donde me instalaré. Gracias a Dios, el rey me lo concedió todo. Me proporcionó también una escolta de oficiales y jinetes,


Los gobernadores anteriores gravaban al pueblo, exigiéndole cada día cuatrocientos gramos de plata en concepto de pan y vino, y también sus servidores oprimían a la gente. -Pero yo no obré así por respeto al Señor.


Les dije: Que no abran las puertas de Jerusalén hasta que el sol caliente, y que las cierren y atranquen antes de que se ponga. Y que formen cuerpos de guardia con los habitantes de Jerusalén; unos vigilarán en los puestos y otros delante de su casa.


Había una vez en el país de Hus un hombre llamado: Job: era justo y honrado, religioso y apartado del mal.


escojo a gente de fiar para que vivan conmigo; el que sigue un camino perfecto será mi servidor;


Busca entre todo el pueblo algunos hombres hábiles, que respeten a Dios, sinceros, enemigos del soborno, y nombra entre ellos jefes de mil, de cien, de cincuenta y de veinte;


Entonces los ministros y los sátrapas buscaron algo de qué acusarlo en su administración del reino; pero no le encontraron ninguna culpa ni descuido, porque era hombre de fiar, que no cometía errores ni era negligente.


no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos.


¿Dónde está ese empleado fiel y cuidadoso puesto por el patrón al frente de sus sirvientes para darle la comida a sus horas?


Su señor le respondió: Muy bien, empleado fiel y cumplidor. Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa a la fiesta de tu señor.


y en tal supuesto, lo que al fin y al cabo se pide a los encargados es que sean dignos de confianza.


lo que me oíste a mí en presencia de muchos testigos encomiéndalo a hombres de confianza, capaces a su vez de enseñar a otros.


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