Lucas 1:37 - Nueva Biblia Española (1975)

³⁷ para Dios no hay nada imposible.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³⁷ porque nada hay imposible para Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁷ Pues la palabra de Dios nunca dejará de cumplirse.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁷ Para Dios, nada es imposible.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁷ porque de parte de Dios ninguna cosa es imposible.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁷ Porque nada hay imposible para Dios'.

Lucas 1:37 Referans Kwoze

Génesis 18:14

¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.

1 Reyes 17:16

El cántaro de harina no se vació ni la aceitera se agotó, como lo había dicho el Señor por Elías.

2 Reyes 3:18

Y por si esto fuera poco, el Señor les pondrá en las manos a Moab:

Job 13:2

lo que saben ustedes, yo también lo sé, y no soy menos que ustedes.

Jeremías 32:17

¡Ay, mi Señor! Tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, con brazo extendido; nada es imposible para ti.

Jeremías 32:27

Yo soy el Señor, Dios de todos los humanos: ¿hay algo imposible para mí?

Zacarías 8:6

Así dice el Señor de los ejércitos: Si entonces el resto de este pueblo juzga algo imposible, ¿tendré que juzgarlo yo también imposible? -oráculo del Señor- de los ejércitos-.

Números 11:23

El Señor dijo a Moisés: ¿Tan mezquina es la mano de Dios? Ahora verás si se cumple mi palabra o no.

Mateo 19:26

Jesús se les quedó mirando y les dijo: Humanamente eso es imposible, pero para Dios todo es posible.

Marcos 10:27

Jesús se los quedó mirando y dijo: Humanamente, imposible, pero no para Dios, porque todo es posible para Dios.

Lucas 1:36

Ahí tienes a tu pariente Isabel: a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses;

Lucas 1:38

María contestó: Aquí está la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho. Y el ángel la dejó.

Lucas 18:27

El les contestó: Lo imposible humanamente es posible para Dios.

Filipenses 3:21

él transformará la bajeza de nuestro ser reproduciendo en nosotros el esplendor del suyo, con esa energía que le permite incluso someterse el universo.