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Jueces 9:56 - Nueva Biblia Española (1975)

56 Así pagó Dios a Abimelec lo mal que se portó con su padre, asesinando a sus setenta hermanos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

56 Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

56 De esa forma, Dios castigó a Abimelec por el mal que había hecho contra su padre al matar a sus setenta hermanos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

56 Así fue como Dios devolvió a Abimelec el mal que éste había hecho a su padre asesinando a sus setenta hermanos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

56 Así retribuyó ’Elohim a Abimelec el mal que había hecho contra su padre, al asesinar a sus setenta hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

56 Así devolvió Dios a Abimélec el mal que había hecho a su padre cuando mató a sus setenta hermanos.

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Jueces 9:56
15 Referans Kwoze  

Pediré cuentas de la sangre y vida de ustedes, se las pediré a cualquier animal; y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano.


Si uno derrama la sangre de un hombre, otro derramará la suya; porque Dios hizo al hombre a su imagen.


¿No reserva la desgracia para el criminal y el fracaso para los malhechores?


El Señor examina a inocentes y culpables, y odia al que ama la violencia;


Toquen para el Señor, que reina en Sión, narren sus hazañas a los pueblos:


El les pagará su iniquidad, los destruirá por sus maldades, los destruirá el Señor, nuestro Dios.


sus propias culpas enredan al malvado y queda atrapado en los lazos del pecado;


porque los van a juzgar como juzguen ustedes, y la medida que ustedes usen la usarán con ustedes.


Los indígenas, al ver el animal colgándole de la mano, comentaban: Seguro que este individuo es un asesino; se ha escapado del mar, pero la justicia divina no le consiente vivir.


No se engañen, con Dios no se juega: lo que uno cultive eso cosechará.


Así, el asesinato de los setenta hijos de Yerubaal, la sangre de sus hermanos, recayó sobre Abimelec, que los había asesinado, y sobre los de Siquén, cómplices en el asesinato.


Al ver los israelitas que había muerto Abimelec, cada cual se fue a su casa.


Y todo el mal que hicieron los de Siquén Dios lo hizo recaer sobre ellos. Sobre ellos cayó la maldición de Yotán, hijo de Yerubaal.


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