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Jueces 11:31 - Nueva Biblia Española (1975)

31 el primero que salga a recibirme a la puerta de mi casa, cuando vuelva victorioso de la campaña contra los amonitas, será para el Señor, y lo ofreceré en holocausto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

31 cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 yo entregaré al Señor al primero que salga de mi casa para recibirme cuando regrese triunfante. Lo sacrificaré como ofrenda quemada».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 el primero que atraviese la puerta de mi casa para salir a saludarme después de mi victoria sobre los amonitas, será para Yavé y lo sacrificaré por el fuego'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 cualquiera que salga a mi encuentro por las puertas de mi casa cuando yo vuelva de los hijos de Amón en paz, será de YHVH y lo ofreceré en holocausto.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 el primero que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro, al volver yo sano y salvo de los amonitas, será para Yahveh y se lo sacrificaré en holocausto'.

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Jueces 11:31
14 Referans Kwoze  

si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios


Hay quien inmola un toro, y es como si matara a un hombre; hay quien sacrifica una oveja, y es como si desnucara un perro; hay quien trae una ofrenda, y es como si fuera sangre de puerco; hay quien inciensa invocando, y es como si bendijera a un ídolo. Todos ellos eligieron su camino y escogieron sus abominaciones,


No entregarás a la casa del Señor, en cumplimiento de un voto, paga de prostituta ni salario de prostituto, porque los dos son abominables para el Señor, tu Dios.


e hizo un voto al Señor: Si entregas a los amonitas en mi poder,


Luego marchó a la guerra contra los amonitas. El Señor se los entregó:


Y añadió esta promesa: Señor de los ejércitos, si te fijas en la humillación de tu sierva y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu sierva y le das a tu sierva un hijo varón, se lo entrego al Señor de por vida y no pasará la navaja por su cabeza.


Por eso yo se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo. Después se postraron ante el Señor.


Los que seguían a Saúl eran unos dos mil hombres. La lucha se extendió por toda la serranía de Efraín. Saúl cometió aquel día un grave error, conjurando a la tropa: Maldito el que pruebe un bocado antes de la tarde, mientras me vengo de mis enemigos. Nadie probó bocado.


Saúl le dijo: ¡Que Dios me castigue si no mueres, Jonatán!


Por su parte, Samuel seguía al servicio del Señor y llevaba puesto un roquete de lino.


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