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Jeremías 2:20 - Nueva Biblia Española (1975)

20 Desde antiguo has roto el yugo y hecho saltar las correas diciendo: No quiero servir; en cualquier colina alta, bajo cualquier árbol frondoso, te acostabas y te prostituías.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »Hace tiempo rompí el yugo que te oprimía y arranqué las cadenas de tu esclavitud, pero aun así dijiste: “No te serviré”. Sobre cada colina y debajo de todo árbol frondoso te has prostituido inclinándote ante ídolos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Hace tiempo que has quebrado el yugo, soltándote de sus lazos. Tú dijiste: 'Yo no quiero servir. Y sobre cualquier loma, bajo cualquier árbol frondoso, te tendías como una prostituta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Desde antiguo has quebrado el yugo y roto tus ataduras, Diciendo: ¡No quiero servir! Y sobre todo collado alto, y debajo todo árbol frondoso° te postras° y te prostituyes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Desde antiguo quebraste tu yugo, tus coyundas has roto, diciendo: 'No quiero servir', cuando sobre toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso te echabas como prostituta.

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Jeremías 2:20
50 Referans Kwoze  

Instituyó también una fiesta el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Jerusalén, y subió al altar que había levantado en Betel a ofrecer sacrificios al becerro que había hecho. En Betel estableció a los sacerdotes de las ermitas que había construido en las lomas.


construyeron ermitas en las lomas, erigieron cipos y estelas en las colinas elevadas y bajo los árboles frondosos;


Los sacó de las sombrías tinieblas e hizo saltar sus correas.


'¡Rompamos sus coyundas, sacudamos su yugo!'.


con sus altozanos lo irritaban, con sus ídolos provocaban sus celos.


Todo el pueblo a una respondió: Haremos cuanto dice el Señor.


Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que le había dicho el Señor, todos sus mandatos, y el pueblo contestó a una: Haremos todo lo que dice el Señor.


Y he bajado a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel, el país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos.


¡Cómo se ha vuelto una ramera la Villa Fiel! Antes llena de derecho, morada de justicia; ahora de criminales.


Aquel día su carga resbalará de tu hombro, arrancarán su yugo de tu cuello. Sube del lado de Rimón',


quebrantaré a Asiría en mi país, la pisotearé en mis montañas; resbalará de los míos su yugo, su carga resbalará de sus hombros.


Porque la bota que pisa con estrépito y la capa empapada en sangre serán combustible, pasto del fuego.


y se verá tu vergüenza, tus adulterios, tus relinchos, tus pensamientos de fornicación. Sobre las colinas del campo he visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén, que no te purificas! ¿Hasta Cuándo darás largas?


para memoria de sus sucesores: son sus altares y mayos, junto a árboles frondosos, en colinas elevadas,


(Ustedes fíjense en la palabra del Señor). ¿Me he vuelto desierto para Israel o tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: Huimos, ya no volvemos a ti?


Pero reconoce tu culpa, pues te rebelaste contra el Señor, tu Dios: prodigaste tu amor a extraños bajo todo árbol frondoso y me desobedeciste -oráculo del Señor- .


Aquel día -oráculo del Señor- de los ejércitos- romperé el yugo de tu cuello y haré saltar las correas;


me dirigiré a los jefes para hablarles, pues ellos sí conocen el camino del Señor, el precepto de su Dios. Pero todos juntos rompieron el yugo, hicieron saltar las correas;


Fornicaste con los asirios sin saciarte, volvías a fornicar con ellos y todavía no te saciabas.


Cuando instalabas tus alcobas en las encrucijadas y levantabas tus puestos en todas las calles, no cobrabas el precio como hacen las prostitutas.


Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán en ti la sentencia en presencia de muchas mujeres; así dejarás de prostituirte y no volverás a pagar el precio.


Cuando los introduje en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, al ver un collado alto, al ver un árbol copudo, allí hacían sus sacrificios, allí depositaban su irritante ofrenda, allí ponían sus oblaciones de aroma que aplaca, allí vertían sus libaciones.


Ohlá, siendo mía, fornicó y se enamoró de sus amantes:


Comienzan las palabras del Señor a Oseas: Dijo el Señor a Oseas: Anda, toma una mujer prostituta y ten hijos bastardos, porque el país está prostituido, alejado del Señor.


Sí, su madre se ha prostituido, se ha deshonrado la que los engendró. Se decía: Me voy con mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi vino y mi aceite.


y le dije: Muchos años vivirás conmigo; no fornicarás ni estarás con hombre alguno, ni yo estaré contigo.


Sacrifican en la cumbre de los montes y queman ofrendas en las colinas, debajo de encinas y álamos y terebintos de agradable sombra. Y así se prostituyen sus hijas y adulteran sus nueras.


No te alegres, Israel, no te regocijes como los paganos, porque te has prostituido abandonando a tu Dios. Vendiste tu amor en todas las eras de trigo;


Yo soy el Señor, su Dios, que los saqué de Egipto, de la esclavitud, rompí las coyundas de su yugo, los hice caminar erguidos.


pues ahora romperé el yugo que te oprime, haré saltar tus correas.


Destruirás todos los santuarios donde esos pueblos, que ustedes van a desposeer,


Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor, tu Dios, te redimió; por eso yo te impongo hoy esta ley.


Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone. Que él será tu Dios, que tú iras por sus caminos, guardarás sus mandatos, preceptos y decretos y escucharás su voz'.


En cambio, a ustedes los tomó el Señor y los sacó del horno de hierro de Egipto para que fueran el pueblo de su heredad, como lo eres hoy.


¿Intentó algún dios acudir a sacarse un pueblo de en medio de otro con pruebas, signos y prodigios, en son de guerra, con mano fuerte y brazo extendido, con terribles portentos, como hizo el Señor, su Dios, con ustedes contra los egipcios, ante los ojos de ustedes?


Acércate tú y escucha cuanto tenga que decirte el Señor, nuestro Dios. Luego tú nos comunicarás todo lo que te diga el Señor, nuestro Dios; nosotros escucharemos y obedeceremos'.


Ellos le respondieron: Haremos lo que nos ordenes, iremos a donde nos mandes;


El pueblo respondió: Serviremos al Señor, nuestro Dios, y le obedeceremos.


Escribió las cláusulas en el libro de la Ley de Dios, tomó una gran piedra y la erigió allí, bajo la encina del santuario del Señor,


Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y me habló así: 'Ven acá, voy a mostrarte la sentencia de la gran prostituta que está sentada al borde del océano,


Los israelitas volvieron a hacer lo que el Señor reprueba: dieron culto a Baal y Astarté, a los dioses de Siria, a los dioses de Fenicia, a los dioses de Moab, a los dioses de los amonitas, a los dioses de los filisteos. Abandonaron al Señor, no le dieron culto.


Los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba: dieron culto a los ídolos,


Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y Astarté.


Entonces gritaron al Señor: 'Hemos pecado, porque hemos abandonado al Señor, para servir a Baal y Astarté; líbranos del poder de nuestros enemigos y te serviremos'.


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