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Hageo 1:6 - Nueva Biblia Española (1975)

6 Siembran mucho, cosechan poco; comen sin saciarse, beben sin embriagarse; se visten sin abrigarse, y el asalariado echa en saco roto.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Han sembrado mucho pero cosechado poco; comen pero no quedan satisfechos; beben pero aún tienen sed; se abrigan pero todavía tienen frío. Sus salarios desaparecen, ¡como si los echaran en bolsillos llenos de agujeros!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ustedes han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, pero se han quedado con hambre; han bebido, pero han seguido con sed; se han vestido, pero no estaban bien abrigados. Y el obrero pone el dinero que ha ganado en un bolsillo roto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Sembráis mucho y recogéis poco; coméis y no os saciáis; bebéis, pero no a plenitud; os arropáis, pero no entráis en calor; y el asalariado echa su jornal en saco roto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 sembrasteis mucho y recogisteis poco; comisteis y no os hartasteis, bebisteis y no os saciasteis; os vestisteis y no os calentasteis, y el jornalero echó su jornal en bolsa rota'.

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Hageo 1:6
31 Referans Kwoze  

En el reinado de David hubo hambre durante tres años consecutivos, y David consultó al Señor. El Señor respondió: Saúl y su familia están todavía manchados de sangre por haber matado a los gabaonitas.


Ella respondió: ¡Vive el Señor, tu Dios! No tengo pan; sólo me queda un puñado de harina en el jarro y un poco de aceite en la aceitera. Ya ves, estaba recogiendo cuatro astillas: voy a hacer un pan para mí y mi hijo, nos lo comeremos y luego moriremos.


Unos decían: 'Tenemos muchos hijos e hijas; que nos den trigo para comer y seguir con vida'.


De la opulencia caerá en la penuria, las manos de los desgraciados' se echarán sobre él.


Arrolla su casa una avenida, los raudales del día de la ira.


la tierra fértil en marismas, por la depravación de sus habitantes.


Hay quien regala y aumenta su haber, quien retiene lo que debe y empobrece.


pastarán corderos como en praderas propias, chivos cebados tascarán en sus ruinas,


Sembraron trigo y cosecharon cardos, quedaron baldados en balde, ¡qué miseria de cosecha!, por la ira ardiente del Señor.


porque los campos se horrorizan al faltar la lluvia en el país; los labradores se cubren la cabeza defraudados;


Pero desde que dejamos de quemar incienso a la reina del cielo y de ofrecer libaciones, carecemos de todo, y morimos a espada y de hambre.


Comerán y no se saciarán, fornicarán sin quedar satisfechos', porque abandonaron al Señor


Siembran viento y cosechan tempestades; las mieses no echan espiga ni dan grano, y si lo dieran, extraños lo devorarían.


Se agotarán en balde sus fuerzas. Sus campos no darán su cosecha ni los árboles sus frutos.


Cuando les corte el sustento de pan, diez mujeres cocerán su pan en un horno, les darán el pan tasado y comerán sin saciarse.


Por eso el cielo les rehúsa el rocío y la tierra les rehúsa la cosecha;


Pues ahora, así dice el Señor de los ejércitos: Fíjense en su situación:


Así dice el Señor de los ejércitos: Fíjense en su situación;


Emprenden mucho, resulta poco; meten en casa y yo lo aviento; ¿por qué? -oráculo del Señor- de los ejércitos-. Porque mi casa está en ruinas, mientras ustedes disfrutan cada uno de su casa.


¿cómo les iba? El montón que calculaban pesar veinte pesaba diez; calculaban sacar cincuenta cubos del lagar y sacaban veinte.


Hería con tizón y neguilla y granizo sus labores, y no se volvían a mí -oráculo del Señor- .


Yo la he sacado -oráculo del Señor- de los ejércitos- para que entre en casa del ladrón y en casa del que perjura por mi nombre; se instalará en la casa hasta consumir maderas y piedras.


Antes no se asalariaban hombres ni animales, no había seguridad de movimientos, debido a las rivalidades. Yo enfrentaba a unos con otros.


Si no me obedecen y no se proponen honrarme -dice el Señor de los ejércitos- les enviaré mi maldición; maldeciré sus bendiciones, las maldeciré porque ustedes no hacen caso.


Malditos tu canasto y tu artesa.


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