Génesis 23:18 - Nueva Biblia Española (1975)

¹⁸ propiedad de Abrahán, siendo testigos los hititas que asistían al concejo.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁸ como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁸ Se transfirió a Abraham como posesión permanente en presencia de los ancianos hititas, en la puerta de la ciudad.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁸ pasaron a ser propiedad de Abrahán, a la vista de todos los hititas registrados en esta ciudad.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁸ quedaron en posesión de Abraham, a la vista de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁸ pasaron a ser propiedad de Abrahán, a la vista de los hijos de Het y de cuantos entraban por la puerta de la ciudad.

Génesis 23:18 Referans Kwoze

Génesis 10:15

Canaán engendró a Sidón, su primogénito, y a Het

Génesis 23:10

Efrón estaba sentado entre los hititas; Efrón, el hitita, respondió a Abrahán, en presencia de los hititas y de los que asistían al concejo:

Génesis 23:19

Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré (hoy Hebrón), en país cananeo.

Génesis 25:9

Isaac e Ismael, sus hijos, lo enterraron en la cueva de Macpela, en el campo de Efrón, hijo de Sojar, el .hitita, frente a Mambré.

Génesis 34:20

Fue, pues, Jamor y su hijo Siquén al concejo de la ciudad y habló a toda la población:

Génesis 34:24

La gente del concejo aceptó la propuesta de Jamor y de su hijo Siquén y circuncidaron a todos los varones en edad de concejo.

Jeremías 32:12

y entregué el contrato a Baruc, hijo de Nerías, de Majsías, en presencia de Hanamel, mi primo, en presencia de los testigos que habían firmado el contrato y en presencia de los judíos que estaban en el atrio de la guardia.

Rut 4:1

Boaz, por su parte, fue a la plaza del pueblo y se sentó allí. En aquel momento pasaba por allí el pariente del que había hablado Boaz. Lo llamó: Oye, fulano, ven y siéntate aquí. El otro llegó y se sentó.