Gálatas 2:19 - Nueva Biblia Española (1975)

¹⁹ Lo que es yo, estando bajo la Ley morí para la Ley, con el fin de vivir para Dios, Con el Mesías quedé crucificado

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁹ Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁹ Pues, cuando intenté obedecer la ley, la ley misma me condenó. Así que morí a la ley —es decir, dejé de intentar cumplir todas sus exigencias— a fin de vivir para Dios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁹ En cuanto a mí, la misma Ley me llevó a morir a la Ley a fin de vivir para Dios. He sido crucificado con Cristo,

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁹ Porque yo, por medio de la ley, a la ley he muerto, a fin de vivir para Dios. Con el Mesías he sido juntamente crucificado,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁹ Pues yo por la ley morí a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy crucificado.

Gálatas 2:19 Referans Kwoze

Romanos 4:15

porque la Ley no trae más que reprobación; en cambio, donde no hay Ley, no hay violación posible.

Romanos 5:20

Por lo que hace a la Ley, se metió por medio para que se multiplicara el delito, pero donde se multiplicó el pecado sobreabundó la gracia;

Romanos 6:11

Pues lo mismo: ustedes ténganse por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías Jesús.

Romanos 6:14

EL pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están en régimen de Ley, sino en régimen de gracia.

Romanos 6:2

Nosotros que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a vivir todavía sujetos a él?

Romanos 7:14

La Ley es espiritual, de acuerdo, pero yo soy un hombre de carne y hueso, vendido como esclavo al pecado.

Romanos 7:4

Pues bueno, hermanos míos, en el cuerpo del Mesías los hicieron morir a la Ley; así pudieron ser de otro, del que resucitó de la muerte, y empezar a ser fecundos para Dios.

Romanos 8:2

pues, mediante el Mesías Jesús, el régimen del Espíritu de la vida te ha liberado del régimen del pecado y de la muerte.

1 Corintios 10:31

De todas formas, hagan lo que hagan, comer, beber o lo que sea, háganlo todo para honra de Dios;

1 Corintios 9:20

Con los que no tienen la Ley, me porté como libre de la Ley, para ganar a los que no tienen Ley -no es que yo esté sin Ley de Dios, no, mi Ley es el Mesías-;

2 Corintios 5:15

cuando pensamos que uno murió por todos; con eso, todos y cada uno han muerto; es decir, murió por todos para que los que viven ya no vivan más para sí mismos, sino para el que murió y resucitó por ellos.

Gálatas 2:20

y ya no vivo yo, vive en mí el Mesías; y mi vivir humano de ahora es un vivir de la fe en el Hijo de Dios, que me demostró su amor entregándose por mí.

Gálatas 3:10

Miren: los que se apoyan en la observancia de la Ley llevan encima una maldición, porque dice la Escritura: 'Maldito el que no se atiene a todo lo escrito en el libro de la ley y lo cumple'

Gálatas 3:24

Así la Ley fue nuestra niñera', hasta que llegara el Mesías y fuéramos rehabilitados por la fe.

Gálatas 6:14

Lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme más que de la Cruz de nuestro Señor, Jesús Mesías, en la cual el mundo quedó crucificado para mí y yo para el mundo.

Colosenses 2:20

Si murieron con el Mesías a lo elemental del mundo, ¿por qué se someten a reglas como si aún vivieran sujetos al mundo?

Colosenses 3:3

Murieron, repito, y su vida está escondida con el Mesías en Dios;

1 Tesalonicenses 5:10

él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él.

Tito 2:14

del que se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda clase de maldad y purificarse un pueblo elegido, entregado a hacer el bien.

Hebreos 9:14

¿cuánto más la sangre del Mesías, que con espíritu irrevocable se ofreció él mismo a Dios como sacrificio sin defecto, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para que demos culto al Dios vivo?

1 Pedro 2:24

El en su persona subió nuestros pecados a la cruz, pata que nosotros muramos a los pecados y vivamos para la honradez: 'sus llagas los curaron'.

1 Pedro 4:6

¿Para qué, si no, se dio la buena noticia a los muertos? Para que después de haber recibido en su carne mortal la sentencia común a todos los hombres, vivieran por el Espíritu con la vida de Dios.