Éxodo 22:31 - Nueva Biblia Española (1975)

³¹ Ustedes me estarán consagrados: no coman carne de animal despedazado en el campo; échensela a los perros.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³¹ Y me seréis varones santos. No comeréis carne destrozada por las fieras en el campo; a los perros la echaréis.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³¹ »Ustedes tienen que ser mi pueblo santo. Por eso, no coman ningún animal que haya sido muerto y despedazado por animales salvajes. Échenselo a los perros.

La Biblia Textual 3a Edicion

³¹ Y me seréis hombres santos, y no comeréis carne despedazada° en el campo; a los perros la echaréis.

Éxodo 22:31 Referans Kwoze

Esdras 9:2

ellos y sus hijos se han casado con extranjeras, y la raza santa se ha mezclado con pueblos paganos. Los jefes y los consejeros han sido los primeros en cometer esta infamia.

Ezequiel 4:14

Yo repliqué: -¡Ay Señor! Mira que yo nunca me he contaminado; desde muchacho nunca he comido carne de animal muerto o despedazado por una fiera; nunca ha entrado en mi boca carne de desecho.

Ezequiel 44:31

Los sacerdotes no comerán ningún ave ni animal terrestre muerto o desgarrado por una fiera.

Levítico 19:2

Di a toda la comunidad de los israelitas: Sean santos, porque yo, el Señor, su Dios, soy santo,

Levítico 20:25

Separen también ustedes los animales puros de los impuros, las aves impuras de las puras, y no se contaminen con animales, aves o reptiles que yo he separado como impuros.

Levítico 22:8

No comerá animal muerto o desgarrado por una fiera: quedaría impuro. Yo soy el Señor.

Levítico 7:24

La grasa de un animal muerto o desgarrado por una bestia servirá para cualquier uso, pero no la pueden comer.

Hechos 10:14

Replicó Pedro: Ni pensarlo, Señor; nunca he comido nada profano o impuro.

Hechos 15:20

basta escribirles que no se contaminen con la idolatría o con uniones ilegales, ni tampoco comiendo sangre o animales estrangulados;

Deuteronomio 14:21

No comerán sus cadáveres, déjenselos al emigrante que vive en tu vecindad para que se los coma o véndeselos al extranjero, porque tú eres un pueblo santo para el Señor, tu Dios. No cocerás un cabrito en la leche de su madre.