Eclesiastés 2:24 - Nueva Biblia Española (1975)

²⁴ El único bien del hombre es comer y beber y disfrutar del producto de su trabajo, y aun esto he visto que es don de Dios.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁴ No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁴ Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁴ Lo único que el hombre puede esperar es comer, beber y pasarlo bien. Pero he visto que también en eso está la mano de Dios.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁴ No hay, pues, mejor cosa para el hombre que comer y beber, y hacer que su alma vea lo bueno de su trabajo. Y he visto que esto proviene de la mano de Dios.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁴ No hay otra dicha para el hombre que comer y beber y regalarse con el fruto de sus fatigas. Yo veo que también esto viene de la mano de Dios;

Eclesiastés 2:24 Referans Kwoze

1 Reyes 4:20

Israelitas y judíos eran numerosos, como la arena de la playa. Tenían qué comer y qué beber y podían descansar.

Nehemías 8:10

Después añadió; Vayan a casa, coman buenas tajadas, beban vinos generosos y envíen porciones a los que no tienen nada, porque hoy es día consagrado a nuestro Dios. No ayunen, que al Señor le gusta que estén fuertes,

Eclesiastés 2:10

Cuanto los ojos me pedían se lo concedía, no rehusé a mi corazón alegría alguna; sabía disfrutar de todas mis fatigas, y ésta era la paga de todas mis fatigas.

Eclesiastés 2:25

Pues ¿quién come y goza sin su permiso?

Eclesiastés 2:3

Exploré atentamente guiado por mi mente con destreza: traté mi cuerpo con vino, me di a la frivolidad, para averiguar cómo el hombre bajo el cielo podrá disfrutar los días contados de su vida.

Eclesiastés 3:22

Y así observé que el único bien del hombre es disfrutar de lo que hace: ésa es su paga; pues nadie lo ha de traer a disfrutar de lo que vendrá después de él.

Eclesiastés 5:17

Toda su vida come en tinieblas, entre muchos disgustos, enfermedades y rencores.

Eclesiastés 6:12

¿Quién sabe lo que valen en la vida del hombre esos días contados de su tenue vida que transcurren como sombra? ¿Y quién le dice al hombre lo que va a pasar después bajo el sol?

Eclesiastés 6:2

Dios concedió a un hombre riquezas y bienes de fortuna, sin que le falte nada de cuanto puede desear; pero Dios no le concede disfrutarlas, porque un extraño las disfruta. Esto es vanidad y dolencia grave.

Eclesiastés 8:15

Yo alabo la alegría, porque el único bien del hombre es comer y beber y alegrarse; eso le quedará de sus trabajos durante los días de su vida que Dios le conceda vivir bajo el sol.

Isaías 56:12

'¡Ea! Voy por vino, emborrachémonos de licor; y mañana lo mismo que hoy, hay provisión abundante'.

Malaquías 2:2

Si no me obedecen y no se proponen honrarme -dice el Señor de los ejércitos- les enviaré mi maldición; maldeciré sus bendiciones, las maldeciré porque ustedes no hacen caso.

Hechos 14:17

aunque siempre se dio a conocer por sus beneficios, mandándoles desde el cielo estaciones fértiles, lluvias y cosechas, dándoles comida y alegría en abundancia.

1 Corintios 15:32

Si hubiera tenido que luchar con fieras en Efeso por motivos humanos, ¿de qué me habría servido? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos'

Deuteronomio 12:12

y harán fiesta en presencia del Señor, su Dios, ustedes, sus hijos e hijas, sus siervos y siervas, y el levita que vive en tu vecindad y no le tocó nada en el reparto de la herencia de ustedes.

Deuteronomio 12:18

Sólo los comerás en presencia del Señor, en el lugar que se elija el Señor, tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que viva en tu vecindad. En presencia del Señor celebrarás el éxito de tus tareas.

1 Timoteo 6:17

A los ricos de este mundo insísteles en que no sean soberbios ni pongan su confianza en riqueza tan incierta, sino en Dios que nos procura todo en abundancia para que lo disfrutemos.