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Daniel 2:37 - Nueva Biblia Española (1975)

37 Este era el sueño; ahora explicaremos al rey su sentido: ' Tú, majestad, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha concedido el reino y el poder, el dominio y la gloria,

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Biblia Reina Valera 1960

37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

37 Su majestad, usted es supremo entre los reyes. El Dios del cielo le ha dado soberanía, poder, fuerza y honra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 Tú eres el rey de reyes, el Dios del Cielo te dio la realeza, el poder, la fuerza y la gloria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 Tú, oh rey, eres el más poderoso rey, a quien el Dios de los cielos ha dado el reino y el poder, la fortaleza y la majestad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Tú, ¡oh rey!, eres rey de los reyes, a quien el Dios del Cielo ha concedido el imperio, el poder, la fuerza y la gloria.

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Daniel 2:37
32 Referans Kwoze  

Porque su poder se extendía al otro lado del Eufrates, desde Tapsaco hasta Gaza, sobre todos los reyes del otro lado del río y había paz en todas sus fronteras.


Le prometió su favor y colocó su trono más alto que los de los otros reyes que había' con él en Babilonia.


Ciro, rey de Persia, decreta: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Todos los de ese pueblo que viven entre nosotros pueden volver. Y que el Señor, su Dios, esté con ellos'.


Ciro, rey de Persia, decreta: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá.


Artajerjes, rey de reyes, al sacerdote Esdras, doctor en la ley del Dios del cielo, Paz perfecta, etc.


Dios ha dicho una cosa, y dos cosas que he escuchado:


por mí reinan los reyes y los príncipes dan leyes justas,


Decía: ¿No son todos mis ministros reyes?


Siéntate y calla, entra en las tinieblas, capital de los caldeos, que ya no te llamarán emperatriz.


Pues así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro pondré al cuello de todas estas naciones, para que estén sometidas a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta las fieras agrestes le daré como servidores.


Palabras que el Señor dirigió a Jeremías mientras Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército y todos los reyes de la tierra bajo su dominio y todos sus pueblos luchaban contra Jerusalén y contra sus ciudades:


Porque esto dice el Señor: Yo traigo contra Tiro desde el norte a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y jinetes y un ejército de tropa numerosa.


El Señor entregó en su poder a Joaquín de Judá y todo el ajuar que quedaba en el templo; se los llevó a Senaar, y el ajuar del templo lo metió en el tesoro del templo de su Dios.


En cuanto a mí, no es que yo tenga una sabiduría superior a la de todos los vivientes; si me han revelado el secreto es para que le explique el sentido al rey y así puedas entender lo que pensabas.


Durante ese reinado el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará por siempre;


Por un rato Daniel, llamado Belsazar, quedó perplejo, turbado por sus pensamientos. El rey le dijo: Belsazar, no te asustes de mi sueño o de su sentido. Belsazar replicó: Señor, vaya el sueño por tus enemigos y su interpretación por tus rivales.


eres tú mismo, majestad; porque tu poder es inmenso, tu dominio alcanza hasta el cielo y tu imperio se extiende hasta los cabos de la tierra.


Te apartarán de los hombres, vivirás con las fieras, pacerás hierba como los toros, te mojará el relente, y así pasarás siete años; hasta que reconozcas que el Altísimo es dueño de los reinos humanos y da el poder a quien quiere.


¡Qué grandes son sus signos, qué admirables sus prodigios! Su reinado es eterno, su poder dura por todas las edades.


te apartarán de los hombres, vivirás en compañía de las fieras paciendo hierba como los toros, te mojará el relente, y así pasarás siete años, hasta que reconozcas que el Altísimo es dueño de los reinos humanos y da el poder a quien quiere.


Pasado el tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé los ojos al cielo, recobré la razón, bendije al Altísimo, alabé al que vive siempre: 'Su reino es eterno, su imperio dura de edad en edad;


'Majestad: el Dios Altísimo concedió imperio y poder, gloria y honor a tu padre, Nabucodonosor.


Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.


pues, aunque lo hayan contratado con las naciones, yo los tomaré, y empezarán a disminuir por las cargas del Rey soberano.


y no nos dejes ceder ala tentación, sino líbranos del Malo.


Le replicó Jesús: No estaría en tu mano hacer nada contra mí si Dios no te dejara. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.


y de parte de Jesús el Mesías, el testigo fidedigno, el primero en nacer de la muerte y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y con su sangre nos rescató de nuestros pecados,


Combatirán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá porque es Señor de señores y Rey de reyes, y los llamados a acompañarlo son escogidos y fieles' .


En la capa y en el muslo llevaba escrito un título: 'Rey de reyes y Señor de señores'.


'Tú mereces, Señor y Dios nuestro, recibir la gloria, el honor y la fuerza por haber creado el universo: por designio tuyo fue creado y existe.


y aclamaban: ¡El Cordero que está degollado merece todo poderío y riqueza, saber y fuerza, honor, gloria y alabanza!


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