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2 Reyes 5:15 - Nueva Biblia Española (1975)

15 Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que- el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Después Naamán y todo su grupo regresaron a buscar al hombre de Dios. Se pararon ante él, y Naamán le dijo: —Ahora sé que no hay Dios en todo el mundo, excepto en Israel. Así que le ruego que acepte un regalo de su siervo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Entonces regresó donde el hombre de Dios con todos sus acompañantes, entró en su casa y se presentó ante él: 'Ahora, dijo, sé que no hay más Dios en toda la tierra que el Dios de Israel. Acepta pues este presente de parte de tu servidor'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Enseguida volvió al varón de Dios con toda su compañía, y fue, se presentó ante él, y dijo: He aquí ahora comprendo que no hay ’Elohim en toda la tierra, sino en Israel. ¡Recibe ahora, te ruego, algún presente de tu siervo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Volvióse entonces al varón de Dios con todo su séquito y, cuando llegó, se detuvo ante él y le dijo: 'Ahora reconozco que no hay más Dios en toda la tierra que el de Israel. Acepta, por favor, un regalo de tu siervo'.

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2 Reyes 5:15
25 Referans Kwoze  

Acepta estos dones que te he traído, pues me los ha regalado Dios y son todos míos. Y como insistía, Esaú aceptó.


Entonces el rey le dijo: Ven conmigo a palacio a tomar algo, y te haré un regalo.


Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: ¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios del Israel y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya.


y oró: Señor, Dios de Israel, sentado sobre querubines: Tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú hiciste el cielo y la tierra.


Ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios.


El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel' se había rasgado las vestiduras, y le envió este recado: ¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en Israel.


Así dice el Señor, Rey de Israel, su redentor, el Señor de los ejércitos: Yo soy el primero y yo soy el último, fuera de mí no hay dios.


No teman, no tiemblen: ¿no lo anuncié y lo predije por adelantado? Ustedes son testigos: ¿Hay un dios fuera de mí? No existe roca que yo no conozca.


para que sepan de oriente a occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro:


El rey dijo a Daniel: Sin duda que tu Dios es Dios de dioses y Señor de reyes; él revela los secretos, puesto que tú fuiste capaz de explicar este secreto.


Por eso decreto que quien blasfeme contra el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, de cualquier pueblo, nación o lengua que sea, sea hecho pedazos y su casa derribada. Porque no existe otro Dios capaz de librar como éste.


Pasado el tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé los ojos al cielo, recobré la razón, bendije al Altísimo, alabé al que vive siempre: 'Su reino es eterno, su imperio dura de edad en edad;


La fe interior obtiene la rehabilitación y la profesión pública obtiene la salvación,


Por eso he juzgado necesario pedir a los hermanos que se me adelanten y tengan preparado de antemano el generoso donativo que ustedes habían prometido. Así estará a punto y parecerá generosidad, en vez de sacado a regañadientes.


Le contestaron: Nosotros, servidores tuyos, estábamos informados de lo que el Señor, tu Dios, había dicho a su siervo Moisés: que les daría todo el país, y a todos sus habitantes los aniquilaría ante ustedes; entonces, temblando por nuestra vida, discurrimos aquello.


Le respondieron: Venimos de un país muy lejano, por la fama del Señor, tu Dios; que bien hemos oído todo lo que hizo en Egipto,


Ahora, este obsequio que tu servidora le ha traído a su señor, que sea para los sirvientes que acompañan a mi señor.


Saúl replicó: Y si vamos, ¿qué le llevamos a ese hombre? Porque no nos queda pan en el morral y no tenemos nada que llevarle a ese profeta. ¿Qué nos queda?


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