23 Por medio de tus mensajeros has ultrajado al Señor: 'Con mis numerosos carros yo he subido a las cimas de los montes, a las cumbres del Líbano; he talado la estatura de sus cedros y sus mejores cipreses; llegué hasta la última cumbre, hasta lo más denso de su bosque.
23 Por mano de tus mensajeros has vituperado a Jehová, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las alturas de los montes, a lo más inaccesible del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses más escogidos; me alojaré en sus más remotos lugares, en el bosque de sus feraces campos.
23 Por medio de tus mensajeros, has desafiado al Señor. Dijiste: ‘Con mis numerosos carros de guerra conquisté las montañas más altas, sí, las cimas más remotas del Líbano. Corté sus cedros más altos y sus mejores cipreses. Alcancé sus rincones más lejanos y exploré sus bosques más espesos.
23 ¡Por boca de tus emisarios insultaste al Señor! Dijiste: Con mis numerosos carros ascendí las cumbres de los cerros, las faldas del Líbano. Talé el bosque de cedros y los cipreses más hermosos. Llegué hasta el más lejano de sus refugios y hasta su jardín boscoso.
23 Por mano de tus mensajeros has vituperado a Adonay, y has dicho: Con la multitud de mis carros yo he escalado la cima de las montañas, a lo más inaccesible del Líbano, y de allí he cortado los cedros altos y lo mejor de sus cipreses,° y he entrado en su más remoto refugio, en su bosque más frondoso.°
23 Por boca de tus mensajeros has escarnecido a mi Señor y has dicho: con la multitud de mis carros he subido a la cumbre de los montes, a las cimas del Líbano. He talado sus más altos cedros, sus más escogidos cipreses. Penetré en sus lugares más remotos, en sus más frondosos bosques.
Desde Laqüis, el rey de Asiría despachó al general en jefe, al prefecto de eunucos y al copero mayor para que fueran con un fuerte destacamento a Jerusalén, al rey Ezequías. Fueron, y cuando llegaron a Jerusalén se detuvieron ante el Canal de la Alberca de Arriba, que queda junto a la calzada del Campo del Batanero.
Ojalá oiga el Señor, tu Dios, las palabras del copero mayor, a quien su señor, el rey de Asiria, ría enviado para ultrajar al Dios vivo, y castigar las palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. ¡Reza por el resto que todavía subsiste!
También levantó torres en el desierto y cavó muchos pozos para el abundante ganado que poseía en la llanura y la meseta; también tenía labradores y viñadores en los montes y las huertas, porque a Ozías le gustaba el campo.
(Senaquerib había escrito también un mensaje ultrajando al Señor, Dios de Israel, y diciendo contra él: 'Lo mismo que los dioses nacionales no libraron sus pueblos de mi mano, tampoco el Dios de Ezequías librará a su pueblo').
El decía: Con la fuerza de mi mano lo he hecho, con mi talento, porque soy inteligente. Cambié las fronteras de las naciones, saqueé sus tesoros y derribé como un héroe a los jefes de sus sitiales.
Mi mano tomó, como un nido, las riquezas de los pueblos; como quien recoge huevos abandonados, tomé toda la tierra, y no hubo quien batiera las alas, quien abriera el pico para piar.