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2 Reyes 12:4 - Nueva Biblia Española (1975)

4 Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero de las colectas del templo, el dinero del empadronamiento, el de los impuestos según la tarifa personal y el de las ofertas voluntarias,

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cierto día, el rey Joás dijo a los sacerdotes: «Recojan todo el dinero que se traiga como ofrenda sagrada al templo del Señor, ya sea el pago de una cuota, el de los votos o una ofrenda voluntaria.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Pero no desaparecieron los Altos lugares, y el pueblo siguió sacrificando y quemando incienso en los Altos lugares.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Toda la plata consagrada que se acostumbra traer a la Casa de YHVH, tanto la plata del rescate de cada persona, según está estipulado, así como la plata que cada uno trae voluntariamente° a la Casa de YHVH,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No obstante, no desaparecieron los lugares altos y el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.

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2 Reyes 12:4
33 Referans Kwoze  

La gente seguía sacrificando en las lomas, porque todavía no se había construido el templo en honor del Señor,


y aunque Salomón amaba al Señor, procediendo según las normas de su padre, David, sacrificaba y quemaba incienso en las lomas.


En cuanto a su palacio, Salomón empleó trece años en terminarlo.


Pero Joás dé Judá tomó todas las ofrendas votivas de los reyes de Judá, predecesores suyos, Josafat, Jorán y Ocozías, sus propias ofrendas, más todo el oro que había en el tesoro del templo y del palacio real, y se lo envió a Jazael de Siria, que se alejó de Jerusalén.


que lo recojan los sacerdotes a través de sus ayudantes para reparar los desperfectos del templo.


pero no desaparecieron las ermitas de las lomas: allí seguía la gente sacrificando y quemando incienso.


Pero no desaparecieron las ermitas de las lomas: allí seguía la gente sacrificando y quemando incienso.


Sacrificaba y quemaba incienso en las lomas, en las colinas y bajo los árboles frondosos.


allí quemaban incienso, como hacían las naciones que el Señor había desterrado ante ellos. Obraron mal, irritando al Señor.


Preséntate al sacerdote Jelcías; que tenga preparado el dinero ingresado en el templo por las colectas de los porteros entre la gente.


El rey David consagró al Señor estos regalos, añadiéndolos a la plata y al oro que había tomado a las naciones de Edom, Moab, los amonitas, filisteos y A malee.


Sé, Dios mío, que sondeas el corazón y amas la sinceridad. Con sincero corazón te ofrezco todo esto, y veo con alegría a tu pueblo aquí reunido ofreciéndote sus dones.


Llevó al templo las ofrendas de su padre y las suyas propias: plata, oro y utensilios.


llevaron fielmente las ofrendas, el diezmo y los dones sacrosantos. Encargaron de ellos al levita Conanías y a su hermano Semeí como ayudante. Por orden del rey Ezequías y de Azarías, prefecto del templo, nombraron inspectores


Asignó a los sacerdotes sus funciones y los confirmó en el servicio del templo.


Sus vecinos les proporcionaron de todo: plata, oro, hacienda, ganado y otros muchos regalos, además de las ofrendas voluntarias,


De acuerdo con sus posibilidades, entregaron al fondo del culto sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales.


además de la plata y el oro que recojas en la provincia de Babilonia y de los dones que ofrezcan el pueblo y los sacerdotes al templo de su Dios en Jerusalén.


Acudieron hombres y mujeres y entregaron generosamente hebillas, pendientes, anillos, pulseras y toda clase de objetos de oro, y cada uno lo agitaba ritualmente ante el Señor.


Los hombres y mujeres israelitas que se sentían con generosidad para contribuir a las diversas tareas que el Señor había mandado hacer a Moisés llevaban su aportación voluntaria al Señor.


De sus bienes ofrezcan un tributo al Señor; todo hombre generoso ofrecerá en tributo al Señor oro, plata y bronce,


y les entregó personalmente todos los tributos aportados por los israelitas para ejecutar los diversos trabajos del santuario. Los israelitas continuaban llevando ofrendas voluntarias todas las mañanas.


Si alguien quiere rescatarlos, lo hará con un recargo del veinte por ciento sobre lo tasado.


porque todos ésos han echado como donativo de lo que les sobra, mientras ella ha echado lo que le hace falta, todo lo que tenía para vivir.


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