pero él estuvo matando filisteos hasta que se le rindió el brazo y la mano se le pegó a la espada. El Señor dio a Israel aquel día una gran victoria; detrás de él el ejército se volvió para saquear. Tercero, Sama, hijo de Ajé, el ararita. Los filisteos se concentraron en La Quijada, donde había una tierra toda sembrada de lentejas; el ejército huyó ante los filisteos,
Entonces los soldados dé Israel y Judá, en pie, lanzaron el alarido de guerra y persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón; los filisteos cayeron heridos por el camino de Dospuertas hasta Gat y Ecrón.
se jugó la vida cuando mató al filisteo, y el Señor dio a Israel una gran victoria; bien que te alegraste al verlo. ¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo!