1 Reyes 8:12 - Nueva Biblia Española (1975)

¹² Entonces Salomón dijo: El Señor puso el sol en el cielo, el Señor quiere habitar en la tiniebla,

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹² Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² Entonces Salomón oró: «Oh Señor, tú dijiste que habitarías en una densa nube de oscuridad.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Entonces Salomón declaró: 'Yavé dijo que habita en la nube;'

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Entonces Salomón dijo: YHVH ha dicho que Él habitaría en densa oscuridad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Entonces exclamó Salomón: 'Yahveh ha declarado que habitaría en densa nube.

1 Reyes 8:12 Referans Kwoze

2 Samuel 22:10

Inclinó el cielo y descendió con nubarrones bajo los pies;

1 Reyes 8:11

de forma que los sacerdotes no podían seguir oficiando a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba el templo.

Nehemías 8:5

Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado-, y cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie.

Salmos 97:2

Tiniebla y Nube lo rodean, Justicia y Derecho sostienen su trono.

Éxodo 20:21

El pueblo se quedó a distancia y Moisés se acercó hasta la nube donde estaba Dios.

Isaías 45:15

Es verdad: Tú eres el Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.

Levítico 16:2

Di a tu hermano Aarón que no entre en cualquier fecha en el santuario, de la cortina hacia dentro, hasta la placa que cubre el arca. Así no morirá. Porque yo me muestro en una nube sobre la placa del arca.

Deuteronomio 4:11

Ustedes se acercaron y se quedaron al pie de la montaña, mientras la montaña ardía con llamas que sé alzaban hasta el cielo, en medio de oscuros y densos nubarrones.

Deuteronomio 5:22

Estos son los mandamientos que el Señor pronunció con voz potente ante toda la asamblea de ustedes, en la montaña, desde el fuego y los nubarrones. Y, sin añadir más, los grabó en dos losas de piedra y me las entregó.

Hebreos 12:18

No se han acercado a un monte tangible y a un fuego ardiente, ni a espesos nubarrones y tormenta,