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1 Reyes 14:4 - Nueva Biblia Española (1975)

4 Así lo hizo; se puso en camino hacia Silo y entró en casa de Ajías. Ajías estaba casi ciego, tenía los ojos apagados por la vejez,

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no podía ver Ahías, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces la esposa de Jeroboam fue a la casa de Ahías en Silo. El hombre ya era anciano y no podía ver;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Así lo hizo la mujer de Jeroboam: se fue para Silo y entró en la casa de Ajías. Este ya no podía ver, tenía fija la vista por su avanzada edad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y así lo hizo la mujer de Jeroboam, y se levantó, fue a Silo y llegó a la casa de Ahías. Y Ahías ya no podía ver, pues sus ojos se habían quedado fijos por la vejez.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Hízolo así la mujer de Jeroboán: se fue a Siló y entró en la casa de Ajías. Ajías no podía ya ver, porque sus ojos se habían quedado yertos a causa de su vejez.

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1 Reyes 14:4
12 Referans Kwoze  

Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: Hijo mío. Contestó: Aquí estoy.


Israel tenía la vista débil por la vejez y casi no veía. Cuando se los acercaron, los besó y los abrazó.


Un día salió Jeroboán de Jerusalén, y el profeta Ajías, de Silo, envuelto en un manto nuevo, se lo encontró en el camino; estaban los dos solos, en descampado,


y éste dijo a su mujer: Anda, disfrázate para que nadie se dé cuenta de que eres mi mujer y vete a Silo; allí está el profeta Ajías, el que me profetizó que yo sería rey de esta nación.


Aunque uno viva setenta años y el más robusto hasta ochenta, su afán es fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan.


Ese día temblarán los guardianes de casa y los robustos se encorvarán, las que muelen serán pocas y se pararán, las que miran por las ventanas se ofuscarán,


Moisés murió a la edad de ciento veinte años: no había perdido vista ni había decaído su vigor.


La asamblea israelita en pleno se reunió en Silo e instalaron allí la tienda del encuentro. El país les estaba sometido.


Un día Eli estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver.


Elí había cumplido noventa y ocho años; tenía los ojos inmóviles, sin poder ver.


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