2 ¡Y todavía continuáis inflados de orgullo! ¿No deberíais más bien haberlo lamentado y haber expulsado de entre vosotros al que ha cometido semejante acción?
'Puesto que al oír, la lectura lo has sentido de corazón y te has humillado ante el Señor, al oír mi amenaza contra este lugar y sus habitantes, que serán objeto de espanto y de maldición; puesto que te has rasgado las vestiduras y llorado en mi presencia, también yo te escucho -oráculo del Señor- .
y le dijo el Señor: Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén y marca en la frente a los que se lamentan afligidos por las abominaciones que en ella se cometen.
A viejos, muchachos y muchachas, a niños y mujeres, mátenlos, acaben con ellos; pero a ninguno de los marcados lo toquen. Empiecen por mi santuario. Y empezaron por los ancianos que estaban frente al templo.
Un israelita fue y trajo a su tienda a una madianita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad israelita, mientras ellos lloraban a la entrada de la tienda del encuentro.
porque me temo que cuando vaya no los voy a encontrar como quisiera y que tampoco ustedes me van a encontrar a mí como quisieran. Podría encontrar discordia, rivalidad, arrebatos de ira, egoísmos, difamación, chismes, soberbia, alborotos.
Temo que, cuando vaya, mi Dios me aflija otra vez ahí entre ustedes y tenga que ponerme de luto por muchos que fueron antes pecadores y no se han enmendado de la inmoralidad, libertinaje y desenfreno en que vivían.