1 Corintios 11:27 - Nueva Biblia Española (1975)

²⁷ Por consiguiente, el que come del pan o bebe de la copa del Señor sin darles su valor tendrá que responder del cuerpo y de la sangre del Señor.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁷ De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁷ Por lo tanto, cualquiera que coma este pan o beba de esta copa del Señor en forma indigna es culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁷ Por tanto, el que come el pan o bebe la copa del Señor indignamente peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁷ De manera que cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁷ Por lo tanto, el que coma del pan o beba de la copa del Señor indignamente será reo del cuerpo y de la sangre del Señor.

1 Corintios 11:27 Referans Kwoze

Números 9:10

Di a los israelitas: Si uno de ustedes o de sus descendientes está contaminado por un cadáver o se encuentra de viaje,

Números 9:13

Pero el que estando puro y no encontrándose de viaje deje de celebrarla, será excluido de su pueblo. Cargará con la culpa de no haber llevado al Señor la ofrenda en su día.

Mateo 22:11

Cuando entró el rey a echar un vistazo a los invitados, reparó en uno que no iba vestido de fiesta'

Juan 6:51

Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que come pan de éste vivirá para siempre. Pero, además, el pan que yo voy a dar es mi carne, para que el mundo viva.

1 Corintios 10:21

No pueden beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.

1 Corintios 11:29

porque el que come y bebe sin apreciar el cuerpo, se come y bebe su propia sentencia.

Hebreos 10:29

Cuánto peor castigo piensan ustedes que merecerá uno que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha juzgado impura la sangre de la alianza que lo había consagrado y que ha ultrajado al Espíritu de la gracia.