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Números 24:9 - Biblia Reina Valera 1995

9 Se agazapa y se echa como un león, como una leona. ¿Quién lo despertará? ¡Benditos sean los que te bendigan y malditos los que te maldigan!»

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Biblia Reina Valera 1960

9 Se encorvará para echarse como león, Y como leona; ¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, Y malditos los que te maldijeren.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Como un león, Israel se agazapa y se tiende; como a una leona, ¿quién se atreve a despertarla? Bendito todo el que te bendice, oh Israel, y maldito todo el que te maldice».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Se agacha, se acuesta como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantarse? Benditos sean los que te bendicen, malditos sean los que te maldicen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Se agazapa, se echa cual león,° Y como leona, ¿quién lo hará despertar? ¡Benditos los que te bendigan, Y malditos los que te maldigan!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Se agazapa, se recuesta como león, como leona. ¿Quién lo levantará? Benditos serán los que a ti te bendigan, malditos los que a ti te maldigan'.

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Números 24:9
21 Referans Kwoze  

Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.»


Sírvante pueblos y las naciones se inclinen delante de ti. Sé señor de tus hermanos y ante ti se inclinen los hijos de tu madre. Malditos sean los que te maldigan y benditos los que te bendigan.»


Cachorro de león, Judá; de la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, como león viejo: ¿quién lo despertará?


Había también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro. ¡En ningún otro reino se había hecho un trono semejante!


El trono tenía seis gradas, un estrado de oro fijado al trono, brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos.


Contó luego Amán a Zeres, su mujer, y a todos sus amigos, cuanto le había acontecido; sus consejeros y su mujer Zeres le dijeron: —Si ese Mardoqueo, ante quien has comenzado a declinar, pertenece a la descendencia de los judíos, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él.


Y nadie hay tan osado que lo despierte; ¿quién podrá permanecer delante de mí?


Pedid por la paz de Jerusalén; ¡sean prosperados los que te aman!


Honrad al Hijo, para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues se inflama de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él confían!


Pero si en verdad oyes su voz y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y afligiré a los que te aflijan.


Jehová me habló de esta manera: «Como al león o al cachorro de león que ruge sobre la presa no lo espantan las voces de una cuadrilla de pastores que se reúne contra él, ni se acobarda por el tropel de ellos, así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte Sión y sobre su collado.


Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de ovejas, el cual pasa, pisotea y arrebata, y no hay presa que de él escape.


Entonces dijo Dios a Balaam: —No vayas con ellos ni maldigas al pueblo, porque bendito es.


Ven pues, ahora, te ruego, y maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra, pues yo sé que el que tú bendigas bendito quedará, y el que tú maldigas maldito quedará.»


Este pueblo, como león se levanta, como león se yergue. No se echará hasta que devore la presa y beba la sangre de los muertos.»


Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo las manos le dijo: —Para maldecir a mis enemigos te he llamado, pero tú los has bendecido ya tres veces.


Respondiendo el Rey, les dirá: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.”


Entonces les responderá diciendo: “De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.”


Él dijo: —¿Quién eres, Señor? Y le dijo: —Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.


Pondrá Jehová, tu Dios, todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los que te persiguieron con odio.


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