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Números 22:23 - Biblia Reina Valera 1995

23 Cuando el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con la espada desnuda en la mano, se apartó del camino y se fue por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 la burra de Balaam vio al ángel del Señor de pie en el camino, con una espada desenvainada en su mano. La burra se apartó del camino y se desbocó hacia un campo, pero Balaam la golpeó y la obligó a regresar al camino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 La burra vio al ángel de Yavé que le impedía el paso, con su espada desenvainada en la mano derecha. La burra dio un rodeo por el campo y Balaam le pegó a la burra para hacerla volver al camino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 cuando el asna vio al ángel de YHVH colocado en el camino con su espada desenvainada en su mano, el asna se desvió del camino y se fue por el campo. Entonces Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Cuando la burra vio el ángel de Yahveh de pie en medio del camino con la espada desenvainada en la mano se desvió del camino y echó campo a través. Balaán empezó a darle palos para hacerla volver al camino.

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Números 22:23
11 Referans Kwoze  

Y oró Eliseo, diciendo: «Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea.» Jehová abrió entonces los ojos del criado, y este vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo.


Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, vestidos de ropas ásperas.


Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola, la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.


»Sólo yo, Daniel, vi aquella visión. No la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor y huyeron y se escondieron.


Pero la ira de Dios se encendió porque él iba, y el ángel de Jehová se puso en el camino como un adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos.


Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.


Los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron, pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.


Aconteció que estando Josué cerca de Jericó, alzó los ojos y vio a un hombre que estaba delante de él, con una espada desenvainada en su mano. Josué se le acercó y le dijo: —¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?


y fue reprendido por su iniquidad, pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.


¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré.


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