Mateo 8:2 - Biblia Reina Valera 1995

² En esto se le acercó un leproso y se postró ante él, diciendo: —Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

² Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Biblia Nueva Traducción Viviente

² De repente, un hombre con lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio.

Biblia Católica (Latinoamericana)

² Un leproso se acercó, se arrodilló delante de él y le dijo: 'Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.

La Biblia Textual 3a Edicion

² Y he aquí un leproso, se acercó, y se postraba ante Él diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² En esto, se le acercó un leproso y se postró delante de él, diciéndole: 'Señor, si quieres, puedes dejarme limpio'.

Mateo 8:2 Referans Kwoze

2 Samuel 3:39

Aunque ungido rey, me siento débil hoy; pero estos hombres, los hijos de Sarvia, son más duros que yo. ¡Que Jehová le pague al que mal hace conforme a su maldad!»

2 Reyes 15:5

Pero Jehová hirió al rey con lepra, y estuvo leproso hasta el día de su muerte. Habitó el rey en casa separada, y Jotam, su hijo, tenía el palacio a su cargo y gobernaba al pueblo.

2 Reyes 5:1

Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un hombre que gozaba de gran prestigio delante de su señor, quien lo tenía en alta estima, pues por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este un hombre valeroso en extremo, pero leproso.

2 Reyes 5:27

Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.

Números 12:10

Tan pronto la nube se apartó del Tabernáculo, María se llenó de lepra, y tenía la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón miró a María y vio que estaba leprosa,

Mateo 10:8

Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

Mateo 13:58

Y no hizo allí muchos milagros debido a la incredulidad de ellos.

Mateo 14:33

Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo: —Verdaderamente eres Hijo de Dios.

Mateo 15:25

Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: —¡Señor, socórreme!

Mateo 18:26

Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba diciendo: “Señor, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo.”

Mateo 2:11

Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Luego, abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Mateo 20:20

Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.

Mateo 26:6

Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,

Mateo 28:17

Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban.

Mateo 28:9

Jesús les salió al encuentro, diciendo: —¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y lo adoraron.

Mateo 4:9

y le dijo: —Todo esto te daré, si postrado me adoras.

Mateo 8:1

Cuando descendió Jesús del monte, lo seguía mucha gente.

Mateo 8:25

Se acercaron sus discípulos y lo despertaron, diciendo: —¡Señor, sálvanos, que perecemos!

Mateo 9:18

Mientras él les decía estas cosas, llegó un dignatario y se postró ante él, diciendo: —Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

Lucas 4:27

Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.

Juan 9:38

Y él dijo: —Creo, Señor —y lo adoró.

Hechos 10:14

Entonces Pedro dijo: —Señor, no; porque ninguna cosa común o impura he comido jamás.

Hechos 10:25

Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirlo y, postrándose a sus pies, lo adoró.

1 Corintios 14:25

lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.

Apocalipsis 19:10

Yo me postré a sus pies para adorarlo, pero él me dijo: «¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que mantienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios!» (El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.)