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Mateo 10:10 - Biblia Reina Valera 1995

10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón, porque el obrero es digno de su alimento.

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Biblia Reina Valera 1960

10 ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 No lleven bolso de viaje con una muda de ropa ni con sandalias, ni siquiera lleven un bastón. No duden en aceptar la hospitalidad, porque los que trabajan merecen que se les dé alimento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ni de alforja para el camino ni de dos túnicas, ni de sandalias ni de bordón, porque digno es el obrero de su alimento.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; que el obrero merece su sustento.

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Mateo 10:10
12 Referans Kwoze  

lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias, pues es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el Tabernáculo de reunión.


Pero en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos de quién en ella es digno y quedaos allí hasta que salgáis.


Les mandó que no llevaran nada para el camino, sino solamente bastón. Ni bolsa, ni pan, ni dinero en el cinto;


Respondiendo, les decía: —El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.


Les dijo: —No toméis nada para el camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas.


Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.


Luego tomó en la mano su cayado y escogió cinco piedras lisas del arroyo, las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y con su honda en la mano se acercó al filisteo.


Respondió Saúl a su criado: —Vamos ahora; pero ¿qué llevaremos a ese hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué ofrecerle al varón de Dios. ¿Qué le podemos dar?


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