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Lucas 10:40 - Biblia Reina Valera 1995

40 Marta, en cambio, se preocupaba con muchos quehaceres y, acercándose, dijo: —Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: —Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Mientras tanto Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la casa. En cierto momento Marta se acercó a Jesús y le dijo: 'Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Pero Marta estaba atareada° con respecto a mucho servicio; y parándose, dijo: Señor: ¿No te importa que mi hermana me dejó sola para servir? Dile pues que me ayude.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Marta, entre tanto, andaba atareada con los muchos quehaceres. Por fin, se paró y dijo: 'Señor, ¿es que no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trajín de la casa? Dile que venga a echarme una mano'.

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Lucas 10:40
12 Referans Kwoze  

Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: —El lugar es desierto y la hora ya avanzada. Despide a la multitud para que vayan por las aldeas y compren algo de comer.


Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirlo, diciendo: —Señor, ten compasión de ti mismo. ¡En ninguna manera esto te acontezca!


Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderlo, porque decían: «Está fuera de sí.»


Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.


Respondiendo Jesús, le dijo: —Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.


Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud,


Entonces, volviéndose él, los reprendió diciendo: —Vosotros no sabéis de qué espíritu sois,


Estaba enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana.


Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.


Y le hicieron allí una cena; Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.


Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual os dará el Hijo del hombre, porque a este señaló Dios, el Padre.


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