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Levítico 26:25 - Biblia Reina Valera 1995

25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto, y si buscáis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros y seréis entregados en manos del enemigo.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Enviaré ejércitos en su contra que llevarán a cabo la maldición del pacto que violaron. Cuando corran a sus ciudades buscando seguridad, les enviaré una plaga para destruirlos ahí mismo, y serán entregados en manos de sus enemigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 traeré sobre ustedes la espada vengadora de mi alianza. Se refugiarán entonces en sus ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de ustedes y serán entregados en manos del enemigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Traeré sobre vosotros la espada vengadora en vindicación de mi pacto, y cuando os refugiéis en vuestras ciudades, enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.

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Levítico 26:25
42 Referans Kwoze  

Entonces Jehová envió la peste sobre Israel, desde esa mañana hasta el tiempo señalado, y murieron setenta mil hombres del pueblo desde Dan hasta Beerseba.


»Si tu pueblo Israel es derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se vuelve a ti y confiesa tu nombre, si oran, te ruegan y suplican en esta casa,


»Si en la tierra hay hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón, si sus enemigos los sitian en la tierra donde habiten; en todo azote o enfermedad,


Salmanasar, rey de los asirios, subió contra Oseas, quien fue hecho su siervo y le pagaba tributo.


pues aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, Jehová entregó en sus manos un ejército muy numeroso, por cuanto habían abandonado a Jehová, el Dios de sus padres. Así sufrió Joás el castigo merecido.


¡Jehová, Dios de las venganzas, Dios de las venganzas, muéstrate!


Ellos dijeron: —El Dios de los hebreos se nos ha manifestado; iremos, pues, ahora, tres días de camino por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová, nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.


si no queréis y sois rebeldes, seréis consumidos a espada.» La boca de Jehová lo ha dicho.


yo también os destinaré a la espada y todos vosotros os arrodillaréis para el degüello. Porque llamé y no respondisteis, hablé y no escuchasteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos y escogisteis lo que no me agrada.»


Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar. Los haré caer a espada delante de sus enemigos y en las manos de los que buscan sus vidas. Daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.


Y enviaré sobre ellos espada, hambre y peste, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.»


Se oye la voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar en Sión las noticias de la retribución de Jehová, nuestro Dios, de la venganza de su Templo.


¡Limpiad las flechas! ¡Embrazad los escudos! Jehová ha despertado el espíritu de los reyes de Media, porque contra Babilonia es su pensamiento, para destruirla. Porque la venganza es de Jehová, la venganza por su templo.


Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré la espada en pos de ellos, hasta que los acabe.»


Niños y viejos yacen por tierra en las calles; mis vírgenes y mis jóvenes han caído a espada. Mataste en el día de tu furor. Degollaste y no perdonaste.


O si yo trajera espada sobre la tierra, y dijera: “¡Espada, pasa por la tierra!”, e hiciera exterminar de ella a hombres y bestias,


Os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en los vínculos del pacto;


»”Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor: Yo traigo contra ti espada, y exterminaré de ti a hombres y a bestias,


«Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y diles: “Cuando traiga yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tome a un hombre de su territorio y lo ponga por centinela,


Enviaré, pues, sobre vosotros hambre y bestias feroces que te destruyan; peste y sangre pasarán por en medio de ti, y enviaré sobre ti espada. Yo, Jehová, he hablado.»


Dirás: “¡Montes de Israel, oíd palabra de Jehová, el Señor! Así ha dicho Jehová, el Señor, a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo mismo, haré venir sobre vosotros espada y destruiré vuestros lugares altos.


La espada caerá sobre sus ciudades y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos.


Yo daré paz en la tierra y dormiréis sin que haya quien os espante; haré desaparecer de vuestra tierra las malas bestias y la espada no pasará por vuestro país.


Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, vuestros caballos fueron capturados e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.


Delante de su rostro va la mortandad, y tras sus pies salen carbones encendidos.


Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.


Los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin contar los muertos por la rebelión de Coré.


Entonces Moisés dijo al pueblo: «Armaos algunos de vosotros para la guerra contra Madián, y vayan a ejecutar la venganza de Jehová en Madián.


habrá grandes terremotos y, en diferentes lugares, hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.


Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te haga desaparecer de la tierra a la cual vas a entrar para tomarla en posesión.


Por fuera desolará la espada, y dentro de las casas el espanto; tanto al joven como a la muchacha, al niño de pecho como al hombre cano.


Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano y lo que les está preparado se apresura.


Cuando afile mi reluciente espada y mi mano empuñe el juicio, tomaré venganza de mis enemigos y daré su retribución a los que me aborrecen.


Al oír esto, vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam y dijeron a Sansón: —¿No sabes que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Él les respondió: —Yo les he hecho como ellos me hicieron.


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