Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Jeremías 5:3 - Biblia Reina Valera 1995

3 Jehová, ¿no miran tus ojos la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, y no quisieron convertirse.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Señor, tú estás buscando la honradez. Golpeaste a tu pueblo, pero no prestó atención. Los has aplastado, pero se negaron a ser corregidos. Son tercos, de caras duras como piedra; rehusaron arrepentirse.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Les has herido, pero no han sentido; los has aplastado, pero no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como una roca y se han negado a convertirse.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¡Oh YHVH!, ¿acaso tus ojos no buscan° la verdad? Los castigaste, pero no se dolieron,° Los consumiste, pero se negaron a recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, Rehúsan volverse a ti.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.

Gade chapit la Kopi




Jeremías 5:3
45 Referans Kwoze  

Al día siguiente dijo la mayor a la menor: —Yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra tú y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia.


Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a designar sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuera de los sacerdotes de los lugares altos.


Volvió a enviar al tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres. Subió aquel tercer capitán de cincuenta, se puso de rodillas delante de Elías y le rogó: —Hombre de Dios, te ruego que mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos alcancen algún valor a tus ojos.


Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él. Locamente has procedido en esto; por eso de aquí en adelante habrá más guerra contra ti.»


Además el rey Acaz, en el tiempo que aquel lo apuraba, añadió mayor pecado contra Jehová;


Tú amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.


Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido.


Extendió el perverso sus manos contra los que estaban en paz con él; violó su pacto.


El hombre malvado endurece su rostro, pero el recto ordena sus caminos.


Los ojos de Jehová velan por la ciencia, pero él trastorna las cosas de los prevaricadores.


Y dirás: «Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, pero no lo sentí; cuando despierte, volveré en busca de más.»


Aunque majes al necio en un mortero, entre granos de trigo majados con el pisón, no se apartará de él su necedad.


Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven. Cuando por fin vean, se avergonzarán los que envidian al pueblo; y a tus enemigos, fuego los consumirá.


Por tanto, derramó sobre él el ardor de su ira y la violencia de la guerra; le prendió fuego por todas partes, pero no entendió; lo incendió, mas no hizo caso.


Por cuanto sé que eres duro, que una barra de hierro es tu cerviz, y tu frente de bronce,


Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba ni buscó a Jehová de los ejércitos.


Aunque los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté, no se volvieron de sus caminos.


Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su corazón para no escuchar ni recibir corrección.


«Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas todo el mal que hablé contra ella, porque han endurecido su corazón para no oír mis palabras.»


En vano he azotado a vuestros hijos: no han admitido la corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.


Por esta causa las aguas fueron detenidas y faltó la lluvia tardía. Te has mostrado como una prostituta, y no has querido avergonzarte.


Grande eres en consejo y magnífico en hechos; tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos y según el fruto de sus obras.


«Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras? dice Jehová.


No se han humillado hasta el día de hoy ni han tenido temor; no han caminado en mi Ley ni en mis estatutos, los cuales puse delante de vosotros y delante de vuestros padres.


Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su corazón e hicieron peor que sus padres.


Les dirás, por tanto: “Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová, su Dios, ni admitió corrección; pereció la fidelidad, de la boca de ellos fue arrancada.”»


¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía sin fin? Abrazaron el engaño y no han querido volverse.


Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón, y les dirás: “Así ha dicho Jehová el Señor.”


En tu inmunda lujuria padecerás, porque yo traté de limpiarte, pero tú no te limpiaste de tu impureza: nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.


Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; pero no hemos implorado el favor de Jehová, nuestro Dios, y no nos hemos convertido de nuestras maldades ni entendido tu verdad.


»Si con estas cosas no os corregís, sino que continuáis oponiéndoos a mí,


Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, vuestros caballos fueron capturados e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.


Os trastorné como Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.


Os hice pasar hambre en todas vuestras ciudades y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.


Venían entonces dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban. Con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová.


Os herí con viento del este y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, vuestros higuerales y vuestros olivares, pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová.


Me decía: “Ciertamente me temerá, recibirá corrección y no será destruida su morada cuando yo la visite.” Mas ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos.


Pero sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según la verdad.


Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite