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Éxodo 3:18 - Biblia Reina Valera 1995

18 Ellos oirán tu voz; tú irás con los ancianos de Israel al rey de Egipto y le dirás: “Jehová, el Dios de los hebreos, se nos ha manifestado; por tanto, nosotros iremos ahora tres días de camino por el desierto a ofrecer sacrificios a Jehová, nuestro Dios.”

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 »Los ancianos de Israel aceptarán tu mensaje. Entonces tú y los ancianos se presentarán ante el rey de Egipto y le dirán: “El Señor, Dios de los hebreos, vino a nuestro encuentro. Así que permítenos, por favor, hacer un viaje de tres días al desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Los jefes de Israel te harán caso y, con ellos te presentarás al rey de Egipto. Tú le dirás: El Dios de los hebreos, Yavé, nos salió al encuentro: deja que caminemos tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios a Yavé, nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y ellos atenderán a tu voz. Luego entrarás tú, y los ancianos de Israel ante el rey de Egipto, y le diréis: YHVH, Dios de los hebreos, se nos ha aparecido. Ahora pues, permite que hagamos camino de tres jornadas por el desierto, y ofrezcamos sacrificios para YHVH nuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Ellos escucharán tu palabra, y tú, con los ancianos de Israel, irás al rey de Egipto, y le diréis: 'Se nos ha aparecido Yahveh, el Dios de los hebreos. Por tanto, deja que vayamos camino de tres días por el desierto para ofrecer sacrificios a Yahveh, nuestro Dios'.

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Éxodo 3:18
40 Referans Kwoze  

Jehová había dicho a Abram: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.


Uno de los que escaparon fue y dio aviso a Abram, el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre, el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.


Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: —No temas, Abram, yo soy tu escudo, y tu recompensa será muy grande.


Abram tenía noventa y nueve años de edad cuando se le apareció Jehová y le dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé perfecto.


y dijo a José: —El Dios omnipotente se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán, me bendijo


En Judá también estuvo la mano de Dios que les dio un solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová.


Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu mando, en la hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora tienes tú el rocío de tu juventud.»


Entonces fueron Moisés y Aarón ante el faraón, y le dijeron: —Jehová, el Dios de los hebreos, ha dicho así: “¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.


Jehová respondió a Moisés: —Pasa delante del pueblo y toma contigo algunos ancianos de Israel; toma también en tu mano la vara con que golpeaste el río, y ve.


Al tercer mes de haber salido los hijos de Israel de la tierra de Egipto, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinaí.


Allí me manifestaré a ti, y hablaré contigo desde encima del propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el Arca del testimonio, todo lo que yo te mande para los hijos de Israel.


Dios le respondió: —Yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.


Ve, reúne a los ancianos de Israel y diles: “Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: En verdad os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto.


Molerás parte de él en polvo fino y lo pondrás delante del Testimonio en el Tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima.


Después lo pondrás delante del velo que está junto al Arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el Testimonio, donde me encontraré contigo.


Entonces Moisés respondió y dijo: —Ellos no me creerán, ni oirán mi voz, pues dirán: “No se te ha aparecido Jehová.”


Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva; pero si te niegas a dejarlo ir, yo mataré a tu hijo, a tu primogénito.”


Aconteció que, en el camino, Jehová le salió al encuentro en una posada y quiso matarlo.


El pueblo creyó, y al oír que Jehová había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.


Después Moisés y Aarón entraron a la presencia del faraón, y le dijeron: —Jehová, el Dios de Israel, dice así: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.”


Ellos dijeron: —El Dios de los hebreos se nos ha manifestado; iremos, pues, ahora, tres días de camino por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová, nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.


y le dirás: “Jehová, el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: ‘Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto’; pero hasta ahora no has querido oír.


Entonces Jehová dijo a Moisés: —Entra a la presencia del faraón, y dile: “Jehová ha dicho así: ‘Deja ir a mi pueblo para que me sirva,


Jehová dijo a Moisés: —Levántate de mañana y ponte delante del faraón, cuando él salga al río, y dile: “Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo para que me sirva,


Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.”


Entonces Jehová dijo a Moisés: —Entra a la presencia del faraón, y dile: “Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo para que me sirva,


Luego Jehová dijo a Moisés: —Levántate de mañana, ponte delante del faraón y dile: “Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva,


Saliste al encuentro del que con alegría practicaba la justicia, de quienes se acordaban de ti según tus caminos. Pero tú te enojaste porque pecamos, porque en los pecados hemos perseverado largo tiempo. ¿Podremos acaso ser salvos?,


«Anda y proclama a los oídos de Jerusalén, diciendo que así dice Jehová: “Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada.”


No dijeron: “¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón ni habitó en ella hombre alguno?”


y para atender a las palabras de mis siervos los profetas, que yo os he enviado desde el principio y sin cesar, a los cuales no habéis escuchado,


Las pondrás en el Tabernáculo de reunión delante del Testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros.


De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová, tu Dios, esté contigo, como estuvo con Moisés.


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