43 Luego el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «Estas son las instrucciones para el festival de la Pascua: ninguna persona extranjera podrá comer la cena de Pascua,
Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés, y de Isacar y Zabulón, no actuaron conforme a lo que está escrito, pues comieron la Pascua sin haberse purificado. Pero Ezequías oró por ellos diciendo: «Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su corazón para buscar a Dios,
Lo habéis de comer así: ceñidos con un cinto, con vuestros pies calzados y con el bastón en la mano; y lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua de Jehová.
Si algún extranjero habita contigo y quiere celebrar la Pascua para Jehová, que le sea circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, pues será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella.
¡Basta ya de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan, la grasa y la sangre, y de invalidar mi pacto con todas vuestras abominaciones!
Pero si la hija del sacerdote queda viuda o es repudiada, no tiene prole y ha regresado a la casa de su padre, podrá comer del alimento de su padre como en su juventud; pero ningún extraño comerá de él.
»Y si habita con vosotros algún extranjero, y celebra la Pascua a Jehová, conforme al rito de la Pascua y conforme a sus leyes la celebrará: un mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.»
Vino un varón de Dios ante Elí, y le dijo: «Así ha dicho Jehová: “¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre cuando estaban en Egipto en la casa del faraón?