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Efesios 1:7 - Biblia Reina Valera 1995

7 En él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

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Biblia Reina Valera 1960

7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 En él y por su sangre fuimos rescatados, y se nos dio el perdón de los pecados, fruto de su generosidad inmensa

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 en quien tenemos la° redención por su sangre, el perdón de los pecados,° conforme a las riquezas de su gracia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia,

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Efesios 1:7
67 Referans Kwoze  

y decirle que Dios tiene de él misericordia, que lo libra de descender al sepulcro, que hay redención para él,


Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.


Espere Israel en Jehová, porque en Jehová hay misericordia y abundante redención con él.


porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.


que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.


»Yo, yo soy quien borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.


Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: “Conoce a Jehová”, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová. Porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado.


¡Oye, Señor! ¡Señor, perdona! ¡Presta oído, Señor, y hazlo! No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío, porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.”


De Jehová, nuestro Dios, es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado


Así que oró a Jehová y le dijo: —¡Ah, Jehová!, ¿no es esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte y de gran misericordia, que te arrepientes del mal.


»¿Qué Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en la misericordia.


«En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.


«¡Levántate, espada, contra el pastor y contra el hombre que me acompaña!, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor y serán dispersadas las ovejas; yo tornaré mi mano contra los pequeñitos.


Tú también, por la sangre de tu pacto, serás salva; he sacado a tus presos de la cisterna en que no hay agua.


como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.


porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados.


Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.


Y les dijo: —Esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada.


para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados,


y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.


A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos.


De este dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él crean recibirán perdón de pecados por su nombre.


Pedro les dijo: —Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo,


Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre,


Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo,


¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y generosidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?


y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,


a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,


Él, para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que había preparado de antemano para gloria.


Pero por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención,


Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos.


que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. Imágenes de la Iglesia Referencias Cuerpo de Cristo ; ,; ,; Esposa de Cristo ; ; ; Pueblo Santo ; ; Templo de Dios ; ; Véase también


que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos


para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.


que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia.


Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,


para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús,


para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;


A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las insondables riquezas de Cristo,


Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.


en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.


A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria.


Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.


Lucho para que sean consolados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo, ,


el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.


Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.


el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador,


Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.


Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. ¡Por su herida habéis sido sanados!


Asimismo, Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;


Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.


Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.


En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.


Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son vírgenes. Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.


Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: «Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación;


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