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2 Samuel 1:14 - Biblia Reina Valera 1995

14 —¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová? —le dijo David.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 —¿Y cómo no tuviste temor de matar al ungido del Señor? —le preguntó David.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 David le dijo: '¿Cómo te atreviste a matar al ungido de Yavé?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de YHVH?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Y David le intimó: '¿Cómo no has sentido temor de levantar tu mano para matar al ungido de Yahveh?'.

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2 Samuel 1:14
12 Referans Kwoze  

«No toquéis —dijo— a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.»


El aliento de nuestras vidas, el ungido de Jehová, de quien habíamos dicho: «A su sombra tendremos vida entre las naciones», quedó apresado en sus lazos.


Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?»


y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en placeres e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y obstinados, no temen decir mal de los poderes superiores,


Tomó entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, lo besó, y le dijo: —¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?


Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado a alguno o si de alguien he aceptado soborno para cerrar los ojos; y os lo restituiré.


»Mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto y no te maté. Reconoce, pues, que no hay mal ni traición en mis manos, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.


Y dijo a sus hombres: —Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová. ¡No extenderé mi mano contra él, porque es el ungido de Jehová!


Con estas palabras reprimió David a sus hombres y no les permitió que se abalanzaran contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.


guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero ahora toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos.


David respondió a Abisai: —No lo mates; porque ¿quién extenderá impunemente su mano contra el ungido de Jehová?


Entonces dijo Saúl a su escudero: «Saca tu espada y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos a traspasarme y burlarse de mí.» Pero su escudero no quería, pues tenía gran temor. Tomó entonces Saúl su propia espada y se echó sobre ella.


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