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1 Samuel 2:1 - Biblia Reina Valera 1995

1 Entonces Ana oró y dijo: «Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová; mi boca se ríe de mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salvación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Luego Ana oró: «¡Mi corazón se alegra en el Señor! El Señor me ha fortalecido. Ahora tengo una respuesta para mis enemigos; me alegro porque tú me rescataste.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Entonces Ana pronunció este cántico: 'Mi corazón se alegra con Yavé, lleno de fuerza me siento con Yavé; ya puedo responder a mis enemigos porque me salvaste, y soy feliz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y Ana oró, diciendo: ¡Mi corazón se alegra en YHVH! ¡Mi fuerza° se exalta en YHVH! ¡Mi boca se sobrepone a mis enemigos, Por cuanto me regocijo en tu salvación!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Entonces Ana hizo esta plegaria: 'Salta de júbilo mi corazón por Yahveh, mi poder se exalta en Yahveh; mi boca se abre contra mis enemigos, pues me he alegrado con tu ayuda.

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1 Samuel 2:1
37 Referans Kwoze  

Después todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat a la cabeza, regresaron a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había colmado de gozo librándolos de sus enemigos.


Matanías hijo de Micaía hijo de Zabdi, hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración; Bacbuquías, el segundo de entre sus hermanos; y Abda hijo de Samúa hijo de Galal, hijo de Jedutún.


Entonces cosí sobre mi piel tejidos ásperos y puse mi cabeza en el polvo.


Mi fortaleza y mi cántico es Jah, y él me ha sido por salvación.


Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación.


Él ha exaltado el poderío de su pueblo; ¡alábenlo todos sus santos, los hijos de Israel, el pueblo a él cercano! ¡Aleluya!


Jehová, roca mía y castillo mío, mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.


Nosotros nos alegraremos en tu salvación y alzaremos bandera en el nombre de nuestro Dios. Conceda Jehová todas tus peticiones.


Le has concedido el deseo de su corazón y no le negaste la petición de sus labios, Selah


Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación.


Señor, abre mis labios y publicará mi boca tu alabanza,


Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.


Quebrantaré todo el poderío de los pecadores, pero el poder del justo será exaltado.


porque tú eres la gloria de su potencia y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.


Jehová es nuestro escudo; nuestro rey es el Santo de Israel.


Mi fidelidad y mi misericordia estarán con él y en mi nombre será exaltado su poder.


para que cuente todas tus alabanzas a las puertas de Sión, y me goce en tu salvación.


Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del toro salvaje; seré ungido con aceite fresco.


Entonces Moisés y los hijos de Israel entonaron este cántico a Jehová: «Cantaré yo a Jehová, porque se ha cubierto de gloria; ha echado en el mar al caballo y al jinete.


Y María repetía: «Cantad a Jehová, porque se ha cubierto de gloria; ha echado en el mar al caballo y al jinete.»


Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot:


con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación.


y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David, su siervo


Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.


Como el primogénito de su toro es su gloria; sus cuernos, como cuernos de búfalo. Con ellos corneará a todos los pueblos hasta los confines de la tierra. Ellos son los diez millares de Efraín, y ellos son los millares de Manasés.»


Nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne,


Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!


Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.


Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso,


Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros santos, apóstoles y profetas, porque Dios os ha hecho justicia en ella.»


Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola porque Jehová no le había concedido tener hijos.


Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así, por lo cual Ana lloraba y no comía.


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