Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





1 Corintios 2:4 - Biblia Reina Valera 1995

4 y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Y mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Mis palabras y mi mensaje no contaron con los recursos de la oratoria, sino con manifestaciones de espíritu y poder,

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

4 y mi palabra y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de° sabiduría, sino con demostración del poder del Espíritu,

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Mi palabra y mi predicación no consistían en hábiles discursos de sabiduría, sino en demostración de espíritu y de poder;

Gade chapit la Kopi




1 Corintios 2:4
28 Referans Kwoze  

El que anda con chismes descubre los secretos: no te entremetas, pues, con el suelto de lengua.


»Así lo rindió, con la suavidad de sus muchas palabras, y lo sedujo con la zalamería de sus labios.


He oído lo que muchos murmuran: «¡Terror por todas partes! ¡Denunciadlo, denunciémoslo!» Todos mis amigos esperaban que claudicara. Decían: «¡Quizá se engañe, y prevaleceremos contra él y tomaremos de él nuestra venganza!»


Han visto vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: ‘Ha dicho Jehová’, pero Jehová no los envió. Con todo, esperan que confirme la palabra de ellos.


porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.


Entonces Agripa dijo a Pablo: —Por poco me persuades a hacerme cristiano.


Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.


con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.


porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y halagos engañan los corazones de los ingenuos.


No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.


Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría,


De estas cosas hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.


pues el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.


en pureza, en conocimiento, en tolerancia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero;


¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.


Esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas,


pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre. Bien sabéis cómo nos portamos entre vosotros por amor de vosotros.


A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.


No os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad,


Hablando palabras infladas y vanas, seducen con pasiones de la carne y vicios a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.


Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: «Induce a tu marido a que nos explique este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Acaso nos habéis llamado aquí para despojarnos?»


Fueron a visitarla los príncipes de los filisteos y le dijeron: —Engáñalo y descubre en qué consiste su gran fuerza y cómo podríamos vencerlo. Así podremos atarlo y dominarlo, y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite