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Oseas 7:2 - Biblia Palabra de Dios para Todos

2 No se dan cuenta que yo recuerdo todos sus pecados. Sus malas acciones los tienen rodeados. Veo claramente todos sus pecados.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Y no consideran en su corazón que tengo en memoria toda su maldad; ahora les rodearán sus obras; delante de mí están.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 La gente no se da cuenta de que los estoy mirando. Están cercados por sus acciones pecaminosas y yo las veo todas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ellos no se fijan que tengo presente su maldad. Ahora mismo sus obras están delante de mí acusándolos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y no reflexionan en su corazón que Yo tengo presente todas sus perversidades. Sus propias acciones los han copado, Y están delante de mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 No consideran en su corazón que yo tengo presente su maldad: sus acciones los asedian, las tengo delante de mi rostro.

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Oseas 7:2
33 Referans Kwoze  

»Porque Dios ve todo lo que la gente hace, está al tanto de cada paso que dan.


Es entonces cuando esa pobre gente piensa que Dios la ha olvidado y que a él no le importa lo que les sucede.


Olvida, SEÑOR, los pecados que cometí en mi juventud cuando fui un rebelde. Muéstrame tu bondad, recuérdame con fiel amor.


»Entiéndanlo bien, ustedes que se olvidan de Dios, no sea que los haga pedazos y no haya quien los salve.


El SEÑOR se dio a conocer; él hizo justicia. Los que hacen el mal caen en la trampa de su propia maldad. Higaión Selah


Tú conoces todas nuestras faltas, la luz de tu rostro las revela; ves claramente los pecados que tratamos de esconder.


El buey conoce a su amo, y el burro, el lugar donde lo alimentan; pero Israel no me conoce, mi pueblo no tiene entendimiento».


SEÑOR, cuando tu pueblo estaba angustiado, acudió a ti en busca de ayuda. Derramó lágrimas en angustiada oración cuando los castigaste.


Ninguno se detiene a pensar y no cuentan con el conocimiento o entendimiento necesario para decir: «La mitad del árbol la quemé en el fuego y horneé pan sobre ella, asé carne y me la comí. ¿Cómo es que hago con el resto algo tan despreciable? ¿Cómo es que me estoy inclinando ante un pedazo de madera?»


En sus fiestas hay liras, arpas, tambores, flautas y vino. Pero no prestan atención a lo que el SEÑOR ha hecho ni a la obra de sus manos.


Esto dice el SEÑOR acerca de este pueblo: «¡Cómo les gusta vagar! No dejan descansar a sus pies. Por eso el SEÑOR no los quiere. Ahora va a recordar su maldad y los castigará por sus pecados».


Yo observo todas sus acciones, ninguna es un secreto para mí. Todos sus crímenes están ante mis ojos.


»El pecado de Judá ha sido escrito con un cincel de hierro; grabado con punta de diamante en la piedra de su corazón y en los cuernos de sus altares.


Tu propia maldad recaerá sobre ti y tu rebeldía te dará una lección. Así verás y entenderás lo malo y amargo que es abandonar al SEÑOR tu Dios, y no respetarme como deberías. Es la decisión del Señor DIOS Todopoderoso.


Tus planes son grandiosos y tus obras son maravillosas. Tú ves todo lo que hacen los seres humanos para darle a cada cual su merecido de acuerdo a sus acciones.


»Todo esto te pasa por tu mala conducta y por el mal que hiciste. Este es tu castigo, castigo cruel que lastima tu corazón».


—¿Creen ustedes que el SEÑOR no se acuerda o no se daba cuenta de que ustedes, sus antepasados, sus reyes, sus jefes y el pueblo en general, ofrecían incienso en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?


Tus visiones son falsas y tus predicciones no te servirán, pues son un sartal de mentiras. La espada está ahora en el cuello de los perversos y ellos terminarán siendo solo cadáveres. Llegó la hora de tu castigo final.


El SEÑOR tiene algo en contra de Judá; castigará a Jacob como merece y le pagará según sus obras.


Al sacerdote le sucederá lo mismo que al pueblo: a todos los castigaré por sus pecados. A cada uno le daré lo que se merece por lo que ha hecho.


En dos días él nos volverá a dar la vida, y al tercer día nos pondrá en pie. Entonces podremos vivir en su presencia.


Hacen sacrificios con lo que yo les di. Hacen ofrendas de carne y se las comen. Al SEÑOR no le gusta esa gente; él recuerda sus pecados y por eso los castigará. Serán llevados como prisioneros a Egipto.


»Comencé a odiarlos en Guilgal por todas las maldades que hicieron allí. Debido a todo el mal que hicieron los sacaré de mi casa; dejaré de amarlos. Todos sus líderes son unos rebeldes.


Los israelitas están completamente arruinados como en la época de Guibeá. Dios recordará sus pecados y por eso los castigará.


El SEÑOR ha jurado por el orgullo de Jacob: «Nunca olvidaré toda la maldad de esta gente.


«Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y avisa que voy a acabar con ella porque su maldad me es obvia».


Si ustedes no cumplen con todo esto, entonces estarán pecando contra el SEÑOR y tengan plena seguridad de que serán castigados por su pecado.


Porque no hay nada encubierto que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a darse a conocer.


Por eso les aconsejo que no juzguen antes de tiempo. Esperen a que el Señor venga. Él iluminará todo lo que está en la oscuridad y descubrirá las intenciones del corazón. En ese momento, Dios dará a cada uno la alabanza que se merezca.


Si fueran inteligentes, ellos entenderían esto. Ellos reflexionarían sobre lo que les pasó.


No hay nada creado en el mundo que se pueda esconder de Dios; todo está desnudo y expuesto a su vista. Es a él a quien tendremos que rendirle cuentas de nuestra vida.


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