29 ¡Pobre de ti, Moab! ¡Estás acabado, pueblo del dios Quemós! Su dios hizo huir a sus hijos, y a sus hijas las hizo prisioneras de Sijón, rey de los amorreos.
29 ¡Qué aflicción te espera, oh pueblo de Moab! ¡Están acabados, oh adoradores de Quemos! Quemos dejó a sus hijos como refugiados, a sus hijas como cautivas de Sehón, el rey amorreo.
Yo le quitaré el reino a Salomón porque dejó de seguirme y es devoto de Astarté, la diosa falsa de Sidón. También adora a Quemós, el dios falso de Moab, y a Moloc, el dios falso de los amonitas. Salomón dejó de hacer lo que yo considero correcto. Ya no obedece mis decretos y no tiene presente mis decisiones, a diferencia de su papá David.
En una colina junto a Jerusalén, Salomón construyó un lugar para adorar a Quemós, el ídolo horrible de los moabitas. En la misma colina, Salomón construyó un lugar para adorar a Moloc, ídolo horrible de los amonitas.
Destruyó los santuarios que Salomón había hecho construir al oriente de Jerusalén, en la colina del Destructor, cuyos sacerdotes estaban al lado sur de la colina, y que estaban dedicados a Astarté la diosa abominable de los sidonios, a Quemós, el ídolo abominable de los moabitas, y a Moloc, el ídolo abominable de los amonitas.
Mi corazón grita pidiendo ayuda para Moab. Su gente huye tan lejos como a Zoar y a Eglat Selisiyá. Suben la cuesta de Luhit y van llorando. Ante el desastre gritan de dolor por el camino de Joronayin.
»Los que huyen se detienen desfallecidos a la sombra de Hesbón, pero sale fuego de Hesbón y una llama de la casa de Sijón que consume las sienes de Moab y la cabeza de los arrogantes.
»Por confiar en tus obras y en tus riquezas, tú también serás capturada. Así que tu dios Quemós saldrá al exilio, junto con sus sacerdotes y altos funcionarios.
»Veo a los israelitas viniendo, pero no ahora, sino en el futuro. Los veo, pero no cerca. Como una estrella saldrá un rey del pueblo de Jacob. Se levantará un gobernante de los israelitas. Él aplastará las cabezas de los de Moab y las de todos los hijos de Set.
Con seguridad que puedes vivir en la tierra que te ha dado tu dios Quemós. De igual forma, nosotros vamos a vivir en la tierra que el SEÑOR nuestro Dios nos ha dado.