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Lucas 4:34 - Biblia Palabra de Dios para Todos

34 —¡Oye! ¿Qué quieres de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!

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Biblia Reina Valera 1960

34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 «¡Vete! ¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres: el Santo de Dios!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 ¿Qué quieres de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: Tú eres el Santo de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 ¡Ah! ¿Qué° tienes que ver con nosotros, Jesús nazareno? ¿Viniste a destruirnos? ¡Sé quién eres: el Santo de Dios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 '¡Vaya! ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Yo sé bien quién eres: ¡el Santo de Dios!'.

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Lucas 4:34
22 Referans Kwoze  

Haré que tú y la mujer sean enemigas y que tu descendencia sea enemiga de la de ella. La descendencia de ella buscará aplastarte la cabeza mientras tú le tratarás de picar en el talón.


La mujer entonces le dijo a Elías: —Tú eres un hombre de Dios. ¿Me puedes ayudar? ¿O viniste aquí solo para recordarme mis pecados y matar a mi hijo?


Porque yo sé que nunca me abandonarás en el lugar de los muertos. Nunca dejarás que tu fiel servidor se hunda en la muerte.


Dios les ha dado a tu pueblo y a la ciudad santa un plazo de 70 semanas. Durante ese tiempo hay que dejar la maldad y el pecado. Hay que buscar la purificación por los errores cometidos. Deben promover una justicia que dure por siempre. Así la visión profética será confirmada y será consagrado el lugar santísimo.


De pronto ellos gritaron: —¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido antes de tiempo para castigarnos?


—¿Qué quieres de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!


Jesús sanó toda clase de enfermedades y expulsó muchos demonios; pero no permitió que los demonios hablaran porque ellos sabían quién era él.


y gritando muy fuerte le dijo: —¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? En el nombre de Dios, te suplico que no me atormentes.


El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso al niño santo que va a nacer se le llamará Hijo de Dios.


En la sinagoga había un hombre que tenía un espíritu maligno, quien gritó con fuerza:


También de muchos de ellos salieron demonios que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Sin embargo, Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar porque ellos sabían que él era el Mesías.


Cuando el hombre vio a Jesús, cayó ante él, gritando muy fuerte: —¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te suplico que no me atormentes.


Entonces todos los de la región de Gerasa le pidieron a Jesús que se fuera porque estaban llenos de temor. Así que Jesús subió a la barca para regresar a Galilea.


Así que fueron a hablar con Pablo y Silas, les ofrecieron disculpas, los sacaron de la cárcel y les pidieron que se fueran de la ciudad.


porque no me dejarás en el lugar de los muertos ni permitirás que el cuerpo de tu Santo se pudra en el sepulcro.


Ustedes le pidieron a Pilato que soltara a un asesino y rechazaron al Santo y Justo.


De hecho, Herodes, Poncio Pilato, las naciones y la multitud de Israel se juntaron en contra de Jesús aquí en Jerusalén. Jesús es tu santo siervo, tu elegido para ser el Mesías.


Los hijos de una familia son gente de carne y hueso, por eso Jesús se hizo de carne y hueso igual que ellos. Solo así pudo morir y con su muerte derrotar al diablo, quien tenía el poder de la muerte.


¿Crees que hay un solo Dios? ¡Qué bien! Pero los demonios también creen que hay un solo Dios y tiemblan de miedo.


El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el Hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo.


El ángel atrapó al dragón, a esa serpiente antigua que es el Diablo o Satanás, y lo encadenó durante mil años.


»Escribe esto al ángel de la iglesia de Filadelfia: »Esto dice el que es santo y verdadero, el que tiene la llave del reino de David. Cuando él abre, nadie puede volver a cerrar; y cuando cierra, nadie puede volver a abrir:


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