Levítico 4:25 - Biblia Palabra de Dios para Todos25 Después, el sacerdote tomará con su dedo un poco de la sangre del chivo, la untará en los cuernos del altar de los sacrificios que deben quemarse completamente y derramará el resto de la sangre en la base del mismo altar. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196025 Y con su dedo el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto, Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente25 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá en los cuernos del altar de las ofrendas quemadas, y derramará el resto de la sangre al pie del altar. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)25 Es un sacrificio por el pecado. El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y derramará la sangre al pie de este altar. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion25 Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la víctima por el pecado y la pondrá en los cuernos del altar del holocausto. Luego derramará el resto de su sangre al pie del altar del holocausto. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197525 Después el sacerdote, mojando su dedo en la sangre de la víctima expiatoria, la pondrá en los cuernos del altar de los holocaustos y derramará la sangre restante al pie del altar de los holocaustos. Gade chapit la |
El sacerdote untará un poco de sangre en los cuernos del altar del incienso que está ante el SEÑOR en la carpa del encuentro. Después derramará el resto de la sangre del ternero en la base del altar de los sacrificios que deben quemarse completamente, que queda a la entrada de la carpa del encuentro.
Luego mataron al toro. Moisés tomó la sangre y usó su dedo para poner un poco de ella en las esquinas superiores del altar. Hizo esto para purificar el altar del pecado. Luego derramó la sangre al pie del altar. Al hacer esto, consagró el altar y lo preparó para los sacrificios. Estos sacrificios eliminarían cualquier falta de pureza y restablecerían la relación del pueblo con Dios.