Levítico 16:34 - Biblia Palabra de Dios para Todos
34 Esta ley para purificar a los israelitas de todos sus pecados una vez al año, será permanente». Aarón hizo lo que el SEÑOR le había mandado a Moisés.
34 Esta es una ley perpetua para ustedes a fin de purificar al pueblo de Israel de sus pecados, haciéndolos justos ante el Señor una vez cada año». Moisés siguió todas estas instrucciones exactamente como el Señor se lo había ordenado.
34 Esta será para ustedes una ley perpetua. Una vez al año harán el rito de expiación por todos los pecados de los Israelitas.
Y lo hicieron como Yavé había mandado a Moisés.
34 Esto tendréis por estatuto perpetuo: Que se haga expiación una vez al año por los hijos de Israel, a causa de todos sus pecados. Y él hizo como YHVH había ordenado a Moisés.°
34 Es ley perpetua para vosotros: una vez al año se hará la expiación por todos los pecados de los israelitas'. Y se hizo tal como Yahveh había mandado a Moisés.
Aarón y sus hijos se encargarán de que el candelabro esté encendido permanentemente, ardiendo día y noche en la presencia del SEÑOR. Ellos estarán en el primer cuarto de la carpa del encuentro al otro lado de la cortina que separa los dos cuartos. El pueblo de Israel y sus descendientes deben obedecer esta ley por siempre.
»Una vez al año Aarón celebrará sobre los cuernos del altar un sacrificio para el perdón de los pecados. Se ofrecerá la sangre del sacrificio para el perdón de los pecados una vez al año de generación en generación. El altar quedará consagrado al SEÑOR».
El SEÑOR dijo: «Dile a tu hermano Aarón que no debe entrar cuando quiera al Lugar Santísimo que está detrás de la cortina colocada enfrente de la tapa que está sobre el Cofre Sagrado. Si lo hace, morirá, porque apareceré en una nube sobre la tapa.
No hagas ningún trabajo en ese día porque es para limpiar el pecado. Ese día, el sumo sacerdote irá ante el SEÑOR tu Dios y realizará las ceremonias para restaurar su relación con él.
Luego Moisés les habló a los israelitas y sacaron fuera del campamento al hombre que había insultado el nombre de Dios, y lo mataron allí a pedradas. Los israelitas hicieron todo tal como el SEÑOR le había mandado a Moisés.
Cristo se ofreció a sí mismo, pero no muchas veces como lo hace el sumo sacerdote aquí en la tierra. El sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo una vez al año para ofrecer sangre ajena.
pero al segundo cuarto solo podía entrar el sumo sacerdote. Para entrar allí, debía llevar sangre para ofrecerla por sus propios pecados y por los que el pueblo cometía sin darse cuenta de que estaba pecando.