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Levítico 10:3 - Biblia Palabra de Dios para Todos

3 Luego Moisés le dijo a Aarón: «Esto es lo que el SEÑOR quiso decir cuando dijo: »“Los sacerdotes que se me acerquen tienen que respetarme; les mostraré mi santidad y así todo el pueblo me respetará”». Aarón se quedó callado.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Así que Moisés le dijo a Aarón: «Esto quiso decir el Señor cuando dijo: “Demostraré mi santidad por medio de los que se acercan a mí. Demostraré mi gloria ante todo el pueblo”». Y Aarón guardó silencio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Entonces Moisés dijo a Aarón: 'Esto es lo que Yavé había declarado: Daré a conocer mi santidad a través de los que se allegan a mí, y a vista de todo el pueblo seré glorificado. Aarón no agregó palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló YHVH, diciendo: Entre los que se acercan a mí seré santificado, y en presencia de todo el pueblo seré reverenciado. Y Aarón guardó silencio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Dijo Moisés a Aarón: esto es lo que había dicho Yahveh: 'En los que se me acercan demostraré que yo soy santo y a los ojos de todo el pueblo seré glorificado'. Aarón calló.

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Levítico 10:3
46 Referans Kwoze  

Tú no harías algo así: matar a la gente justa junto con la perversa. Si así fuera, el justo sería tratado de la misma manera que el perverso. Ni se te ocurra. ¿Acaso el Juez del mundo no debe hacer justicia?


Pero Job le respondió a su esposa: —Estás hablando como una tonta. ¿Vamos a recibir de Dios lo bueno, pero no lo malo? En todo esto Job no cometió ningún pecado en lo que dijo.


Mi cuerpo tiembla de miedo, porque te temo y respeto tus leyes.


Él le ha dado poder a su pueblo. Que todos los que le son fieles lo alaben, los israelitas, su pueblo cercano. ¡Aleluya!


Deja de castigarme; me destruirás si no te detienes.


No pronunciaré ni una sola palabra; no diré nada. Tú harás lo que deba hacerse.


Dios dice: «Dejen de pelear y acepten que yo soy Dios, todos me darán honor. Yo gobierno a las naciones y controlo al mundo entero».


Se teme a Dios en la asamblea de los santos ángeles; él es más grande y asombroso que cualquiera de los que lo rodean.


Se puede confiar en lo que tú declaras, lo que tú siempre dijiste en cuanto a tu casa, tu hogar santo, SEÑOR.


Voy a hacer que los egipcios se atrevan a perseguirlos y entonces apareceré con gloria contra el faraón, sus carros de combate y su caballería.


Voy a hacer que el faraón se atreva a perseguirlos a ustedes. Entonces apareceré con gloria y gran poder. Los derrotaré a él y a su ejército. Así van a saber ellos que yo soy el SEÑOR». Entonces los israelitas hicieron tal como él les dijo.


Además, los sacerdotes que se acerquen a mí, el SEÑOR, deben santificarse para que yo, el SEÑOR, no los castigue.


Entonces el SEÑOR le dijo: —Baja a donde está todo el pueblo, busca a Aarón y tráelo aquí contigo, pero no dejes que ningún sacerdote ni nadie se acerque al SEÑOR. Yo castigaré al que se pase del límite.


»Derrama aceite sobre Aarón y sobre sus hijos para consagrarlos como mis sacerdotes.


Ezequías le dijo a Isaías: —El mensaje que me trajiste de parte del SEÑOR es bueno. Dijo esto porque pensó: «Por lo menos en mis días habrá paz y seguridad».


Él me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel, en ti mostraré mi gloria».


Salgan, salgan, salgan de ahí. No toquen nada impuro. Ustedes, los que cargan los utensilios del SEÑOR, salgan por en medio, purifíquense.


Los aceptaré a ustedes como una ofrenda de olor fragante cuando los haga salir de entre los pueblos. Las naciones me darán honra cuando los reúna a ustedes desde las tierras a donde los dispersé.


Dile que así dice el Señor DIOS: »Sidón, estoy en tu contra; en ti recibiré honor. Cuando anuncie mi juicio en esa ciudad, el pueblo aprenderá que yo soy el SEÑOR. Entonces se me tratará con respeto.


Te levantarás sobre mi pueblo como una nube que cubre la tierra. En el momento indicado, Gog, haré que vengas contra mi tierra para que las naciones me conozcan. Por medio de ti les mostraré claramente mi santidad.


La sala que da hacia el norte es para los sacerdotes que sirven en el altar. Estos sacerdotes son descendientes de Sadoc y son los únicos de los levitas que pueden acercarse al SEÑOR para servirle como sacerdotes».


Entonces el ángel me dijo: «Las habitaciones alrededor del área restringida, tanto en el norte como en el sur, son habitaciones sagradas donde los sacerdotes que se acercan al SEÑOR comen los sacrificios sagrados. Allí es donde dejan los sacrificios más sagrados, las ofrendas de cereal, los sacrificios por el pecado y los de restitución, porque ese lugar es santo.


así no contaminará a su descendencia entre su pueblo, pues yo, el SEÑOR, lo he santificado a él».


«Dile a Aarón que el descendiente que tenga un defecto físico a través de generaciones no se debe acercar al altar a presentar a Dios la ofrenda de pan.


»Ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga un defecto físico se debe acercar al altar a presentar al SEÑOR la ofrenda de pan.


Deben ser santos para su Dios y respetar el nombre de su Dios porque ellos son los que presentan al SEÑOR las ofrendas de comida, así que por eso deben ser santos.


Consideren santo al sacerdote porque él ofrece el pan de su Dios. El sacerdote debe ser santo para ustedes porque yo, el SEÑOR, soy santo y yo los santifico a ustedes.


»Ellos deben cumplir mis leyes para que no se hagan culpables y mueran por no respetarlas, pues yo soy el SEÑOR que las consagró.


Estarán día y noche, durante siete días, en la entrada de la carpa del encuentro. ¡Si no obedecen los mandatos del SEÑOR, morirán! Él me dio esas órdenes».


y luego les dijo a Coré y a sus seguidores: —Mañana al amanecer, el SEÑOR hará saber quién le pertenece y quién es sagrado. Él declarará quién puede acercarse a él y a quién le permitirá estar junto a él.


Luego el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: —Puesto que ustedes no tuvieron la suficiente confianza en mí como para mostrar mi santidad enfrente de los israelitas, ahora ustedes no llevarán a los israelitas a la tierra que les he dado.


»El que ama a su papá o a su mamá más que a mí, no le doy el honor de ser mi seguidor. El que ama a su hijo o a su hija más que a mí, tampoco puede ser uno de mis seguidores.


Padre, da gloria a tu nombre. Luego vino una voz desde el cielo: «Le he dado gloria y lo haré de nuevo».


Todo lo que ustedes pidan en mi nombre, lo haré. Así la grandeza del Padre se mostrará a través del Hijo.


Porque me fuiste infiel entre los israelitas en las aguas de Meribá Cades, en el desierto de Zin, y porque no honraste mi santidad entre los israelitas.


Esto sucederá el día en que el Señor regrese para recibir la honra de su pueblo santo y la admiración de todos aquellos que creyeron en él. Es el día en que ustedes disfrutarán de paz porque han aceptado el testimonio que les dimos.


Porque ya es hora de que empiece el juicio que comenzará con la familia de Dios. Y si empieza primero con nosotros, ¿qué les pasará a los que rechazan la buena noticia de Dios?


»El SEÑOR Dios de Israel prometió que la familia de tu papá le serviría por siempre, pero ahora el SEÑOR dice: “¡Eso nunca! Honraré a los que me honran, pero a los que se nieguen a respetarme, les irá mal.


Samuel le dijo todo a Elí sin ocultarle nada. Elí dijo: —Él es el SEÑOR, que haga lo que le parezca mejor.


Dijeron: «No hay ningún sacerdote que cuide este cofre. ¿No se lo podría llevar a otra parte?»


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