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Jueces 6:10 - Biblia Palabra de Dios para Todos

10 Y luego les dije: Yo soy el SEÑOR su Dios. Ustedes van a vivir en la tierra de los amorreos; pero no deben adorar a sus dioses. Sin embargo, no me obedecieron”».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a mi voz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Te dije: ‘Yo soy el Señor, tu Dios. No debes rendir culto a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives’. Pero no me hiciste caso”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Entonces les dije: Yo soy Yavé su Dios, no tomen en cuenta a los dioses de los amoreos en cuyo país viven. Pero ustedes no me hicieron caso'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y os dije: Yo soy YHVH vuestro Dios; no temáis a los dioses del amorreo en cuya tierra habitáis. Pero no obedecisteis a mi voz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Entonces os dije: 'Yo soy Yahveh, vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis. Pero no habéis escuchado mi voz''.

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Jueces 6:10
23 Referans Kwoze  

El SEÑOR, sin embargo, usó todo profeta y vidente para advertir a Israel y Judá. Les dijo: «Vuélvanse de la maldad que están cometiendo. Obedezcan mis mandamientos y decisiones. Cumplan con las leyes que les mandé a sus antepasados por medio de mis siervos los profetas que les envié».


Adoraban al SEÑOR, pero también a sus propios dioses, tal como lo hacían en los países de donde habían venido.


Estas cosas ocurrieron porque los israelitas pecaron contra el SEÑOR su Dios, el que los sacó de Egipto y los libró del faraón, rey de Egipto. Pero los israelitas comenzaron a adorar a otros dioses


Tú les advertiste que regresaran a tu ley, pero ellos fueron necios y no obedecieron tus órdenes. Violaron tus leyes que son las que dan vida a quienes las obedecen. Ellos fueron tercos y desobedientes.


Ten cuidado, no hagas ningún pacto con el pueblo que vive en las tierras donde ustedes van a vivir. Si haces pactos con ese pueblo, ellos te traerán problemas.


No adores a ningún otro dios, porque el SEÑOR es muy celoso. Su nombre es Dios Celoso.


Me negué a ser disciplinado, me negué a ser corregido.


Esto dice el SEÑOR: «No aprendan a vivir como vive la gente de otras naciones; ni les tengan miedo a las señales del cielo, como les sucede a esas naciones.


aunque ellos no me escucharon ni me prestaron atención. Fueron tercos, me ignoraron y rechazaron mis intentos de corregirlos.


solo reconoce tu pecado y admite que te rebelaste contra el SEÑOR tu Dios; que te prostituiste con extraños bajo cada árbol frondoso y que no has obedecido mi voz. Lo dice el SEÑOR.


Que nuestra vergüenza nos haga humillarnos cubiertos por nuestra desgracia por haber pecado contra el SEÑOR nuestro Dios, nosotros y nuestros antepasados, desde nuestra juventud hasta el día de hoy no hemos obedecido la voz del SEÑOR nuestro Dios».


Pero aunque hoy les he dicho lo que él me dijo, ustedes no quieren obedecer al SEÑOR su Dios en nada de lo que yo les he comunicado.


Entonces ni Johanán hijo de Carea, ni los oficiales del ejército, ni la gente del pueblo obedecieron al SEÑOR, que les dijo que permanecieran en la tierra de Judá.


No obedecieron al SEÑOR, se dirigieron todos a Egipto y llegaron hasta la ciudad de Tafnes.


El SEÑOR respondió: «Eso sucedió porque dejaron a un lado la ley que les entregué. No me hicieron caso, ni vivieron conforme a mis enseñanzas.


La ciudad que se negó a escuchar. La que ignoró mis enseñanzas, la que no confió en el SEÑOR ni se acercó a su Dios.


No obstante, no todos ellos hicieron caso de las buenas noticias. Por eso Isaías pregunta: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?»


Así que Jesús cumplió con todo lo que tenía que hacer. Por eso, todos los que lo obedecen pueden tener salvación eterna


Si no desean servir al SEÑOR, decidan hoy a quien servirán, ya sea a los dioses a los que sus antepasados servían al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra viven. Pero yo y mi familia y todas las personas que viven en mi casa serviremos al SEÑOR.


pero que a cambio ustedes tampoco deberían hacer pactos con la gente de esa tierra, sino que deberían destruir sus altares. Eso fue lo que les dije, pero no me obedecieron.


Yo los salvé nuevamente del poder de sus opresores e hice que esa gente saliera de su tierra y se la entregué a ustedes.


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