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Jueces 5:8 - Biblia Palabra de Dios para Todos

8 Dios nombró nuevos líderes para pelear en las entradas de los pueblos. De los 40 000 soldados de Israel, ninguno pudo encontrar ni un escudo ni una espada.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Cuando escogían nuevos dioses, La guerra estaba a las puertas; ¿Se veía escudo o lanza Entre cuarenta mil en Israel?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuando Israel escogió nuevos dioses, la guerra estalló a las puertas de la ciudad. ¡Sin embargo, no se veía ni un escudo ni una lanza entre cuarenta mil guerreros de Israel!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Seguían a dioses nuevos, que antes no se veneraban, y los cuarenta mil hombres de Israel no tenían escudo ni lanza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Cuando escogían nuevos dioses, La guerra estaba a las puertas, ¿Se veía escudo y lanza Entre cuarenta mil en Israel?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Por haber escogido dioses nuevos, a las puertas estaba la guerra. ¿Acaso se veían escudos ni lanzas entre cuarenta mil en Israel?

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Jueces 5:8
8 Referans Kwoze  

Porque ellos me han abandonado transformando este lugar. Han quemado incienso para otros dioses que ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá conocían. Han llenado este lugar con la sangre de gente inocente.


Abandonaron al SEÑOR, el Dios de sus antepasados, que los había sacado de Egipto y comenzaron a adorar a los dioses falsos de la gente que vivía alrededor de ellos y por eso el SEÑOR se enojó con Israel.


Sin embargo, los israelitas tampoco les hicieron caso a los jefes; no fueron fieles a Dios, sino que siguieron a otros dioses. Sus antepasados obedecieron los mandamientos del SEÑOR, pero ahora los israelitas habían cambiado y ya no obedecían a Dios.


Sísara tenía 900 carros de hierro y había sido muy cruel con los israelitas durante 20 años. Así que los israelitas pidieron ayuda al SEÑOR.


Escuchamos los fuertes gritos de los soldados en los abrevaderos de los animales. Cuentan cómo el SEÑOR cumplió su promesa para dar victorias a su pueblo en las aldeas de Israel. Ahí fue cuando el pueblo del SEÑOR bajó para atacar las puertas de la ciudad del enemigo.


No había soldados hasta que tú llegaste, Débora. Hasta que llegaste como una madre para Israel.


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