Juan 3:12 - Biblia Palabra de Dios para Todos

¹² Les he hablado de cosas de la tierra y no creen ¿entonces cómo van a creer si les hablo de cosas del cielo?

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹² Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales?

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo?

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Si no creéis cuando os hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo vais a creer cuando os hablo de las cosas del cielo?

Juan 3:12 Referans Kwoze

Juan 3:11

Te digo la verdad: nosotros hablamos de lo que sabemos. Contamos lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan lo que decimos.

Juan 3:3

Jesús le respondió: —Te digo la verdad: el que no nace de nuevo, no puede tener parte en el reino de Dios.

Juan 3:5

Jesús respondió: —Te digo la verdad: el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar al reino de Dios.

Juan 3:8

El viento sopla para donde quiere ir. Tú lo escuchas soplar pero no sabes de dónde viene ni para dónde va. Así es con todos los que nacen del Espíritu.

1 Timoteo 3:16

En ella se basa nuestra vida dedicada a Dios. Sin lugar a dudas, qué grande es esa verdad que no se nos reveló sino hasta ahora: Cristo se dio a conocer en cuerpo humano, lo que enseñó fue comprobado por el Espíritu y luego él fue presentado a los ángeles. Fue anunciado a las naciones, gente de todo el mundo creyó en él, y nuevamente recibió el honor que antes tenía.

Hebreos 5:11

Tengo un mensaje extenso para ustedes en cuanto a este tema y les resultará muy complicado de entender porque ustedes se han vuelto bastante flojos.

1 Juan 4:10

El verdadero amor de Dios no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino el amor que Dios demostró al enviar a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.