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Jeremías 9:5 - Biblia Palabra de Dios para Todos

5 Cada cual le miente a su semejante; no dicen la verdad. Han adiestrado su lengua a decir mentiras y pecan hasta más no poder.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Todos se engañan y se estafan entre sí; ninguno dice la verdad. Con la lengua, entrenada a fuerza de práctica, dicen mentiras; pecan hasta el cansancio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Viven en la mentira y la mentira les impide conocerme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Cada uno engaña a su compañero, y no habla verdad; Han adiestrado su lengua a la mentira, Y se pervierten hasta el cansancio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 convertir. ¡Opresión sobre opresión, engaño sobre engaño! Rehúsan conocer a Yahveh.

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Jeremías 9:5
32 Referans Kwoze  

Luego los ángeles hicieron que todos los hombres que estaban afuera, viejos y jóvenes, quedaran ciegos, para que así no pudieran encontrar la puerta.


¿Crees que toda esa palabrería dejó a todo el mundo callado? ¿Crees que cuando te burlas no hay quien te ponga en tu lugar?


Tus palabras son motivadas por tu pecado, y disfrutas engañando a la gente con tu palabrería.


Su lengua es como serpiente venenosa; sus palabras destilan veneno. Selah


Siempre estás diciendo mentiras, engañando a la gente y haciendo el mal.


Prefieres el mal al bien, mentir a decir la verdad. Selah


Afilan su lengua como afilar una espada; lanzan palabras venenosas como si fueran flechas.


Fíjense cómo el malvado se esfuerza en hacer maldad, concibe la crueldad y da a luz la mentira.


Los pensamientos del justo son honestos, pero los consejos del perverso son engañosos.


Los perversos no descansan hasta hacer el mal y no pueden dormir hasta que no le hacen daño a alguien.


¡Miren ustedes! Arrastran detrás de ustedes sus pecados y culpas como una carreta.


Te agotaste de tanto peregrinar, pero no dijiste: “Esto no tiene sentido”. Te recobraste y no te desmayaste.


Sembraron trigos, pero solo recogieron espinos. Trabajaron duro, pero no han logrado nada. Sentirán vergüenza de sus resultados debido a la ira del SEÑOR».


Porque hasta tus hermanos y tu propia familia te han traicionado y sueltan un grito tras de ti. Aunque te hablen amablemente, no confíes en ellos.


¿Puede el etíope cambiar el color de su piel? ¿Puede un leopardo cambiar sus manchas? Así mismo, ustedes no pueden hacer el bien, estando tan acostumbrados a hacer el mal.


«Porque mi pueblo es tonto, no me conoce. Son unos niños insensatos que no entienden nada. Son muy inteligentes para hacer el mal, pero no saben hacer el bien».


Así dice el SEÑOR Todopoderoso: «Los anchos muros de Babilonia serán completamente derribados, y sus altas puertas serán incendiadas. Los pueblos trabajaron en vano y las naciones se fatigaron solo para lo que se devora el fuego».


entonces dirás: “Así se hundirá Babilonia y nunca más se levantará de la destrucción que haré caer sobre ella”». Aquí terminan las palabras de Jeremías.


Entonces les dirás: “Esta es la nación que no obedeció la voz del SEÑOR su Dios ni aceptó su corrección. La verdad ha muerto, está ausente de la boca de ellos.


«Su lengua es como un arco y sus mentiras son las flechas. En el país domina la mentira, no la verdad, pues cada día van de mal en peor; no me conocen». Lo dice el SEÑOR.


Su lengua es como una flecha envenenada; su boca solo dice mentiras. Le hablan amablemente a su semejante pero en su interior planean aprovecharse de él.


»Está tan oxidada que es imposible limpiarla. Ni el fuego la purifica.


Los ricos están llenos de violencia; sus habitantes son una partida de mentirosos y engañadores.


«Dime, pueblo mío, ¿qué hice contra ti? ¿En qué te molesté? ¿Por qué se aburrieron de mí?


La labor de los pueblos solo alimenta el fuego. Las naciones se fatigan por nada. ¿Acaso no es obra del SEÑOR Todopoderoso?


¿Acaso no tenemos todos el mismo padre? ¿No nos creó a todos el mismo Dios? Entonces, ¿por qué hay quienes engañan a sus hermanos? Al hacerlo rompen el pacto que Dios hizo con nuestros antepasados.


Así que dejen las mentiras y «díganse siempre la verdad unos a otros» porque todos formamos parte del mismo cuerpo.


Esas enseñanzas llegan a través de mentirosos quienes con sus palabras falsas engañan a la gente. Ellos no saben la diferencia entre el bien y el mal. Es como si su entendimiento hubiera sido quemado con hierro candente.


Finalmente toda esa generación murió y nació una nueva generación que no conocía al SEÑOR, ni tampoco sabía todo lo que él había hecho por Israel.


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